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Epistolario > Volumen 12 (Julio 1892 -... > Vol. 12 - carta 69

Datos del fragmento

Remitente FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 26 septiembre 1892 Lugar Osuna

Texto

Volumen 12 - carta nº 69

De FRANCISCO RODRÍGUEZ MARÍN
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Osuna, 26 septiembre 1892

Muy señor mío, de mi distinguida consideración: Cuando respondí a su muy grata carta de Enero de este año, al hablarle de la suerte que ha cabido a los libros y papeles del señor García Blanco, resistí a la tentación de mandar a Vd. un ejemplar de los pliegos que aquél hizo imprimir de su libro Resumen de un siglo, obra comenzada a los ochenta y seis años y lamentable muestra de la ruina intelectual a que llegó nuestro sabio hebraizante. Aunque poseía yo varios ejemplares de esos pliegos, no quería que fueran conocidos; pero ahora que el impresor ha regalado copias, y aun las está vendiendo (porque á eso equivale el regalarlas a los que se suscriben por un semestre al periódico local Osuna al día ) creo que debo mandar a Vd. uno de esos ejemplares. ¡Ojalá cayeran todos en tan buenas manos!

A no haber concluído mi trato con el maestro en 1887, a consecuencia de haberse hecho insufrible su carácter, el desdichado libro no se hubiera dado a la estampa, a lo menos, como salió de las manos de su autor. Pero rotas nuestras relaciones y deseoso el señor García Blanco de utilizar la imprenta que había comprado pensando en publicar su Diccionario Hebreo-español, comenzó la impresión del Resumen de un siglo. Me pidió por carta que le corrigiera las pruebas; accedí; púsele en el primer pliego resumir por reasumir..., y ¡buena la hice! Vino un nuevo y definitivo rompimiento y me gané la advertencia de la página 9. Al llegar a las 350 páginas, un momento de lucidez hizo al señor García Blanco abandonar su propósito, y ahí quedó la impresión, sin que él diera a nadie, que yo sepa, ejemplar alguno. Es este, pues, un libro que se echa a los cuatro vientos contra la voluntad manifiesta de su autor. ¡Y en buena ocasión! ¡Cuando un escolapio, vengador del P. Scio, a los veintidós años de publicado el Nuevo Salterio, y nuestro García Blanco, le pone como hoja de peregil en una obra tan voluminosa como aquella!

En fin, ahí va el incompleto libro; porque ¡qué pensaría Vd. de mí si no se lo enviara y supiera Vd. que he regalado sendos ejemplares a los señores Montoto, Hazañas, Duque de T'Serclaes y Marqués de Jerez de los Caballeros?

Antes de terminar esta carta, y ya que V. se muestra deseoso de mi aprovechamiento, le diré que estoy dando la última mano a un Almanaque paremiológico español con notas y concordancias de los dialectos peninsulares y de los idiomas neolatinos. La supresión de la Audiencia de Osuna me permitirá acaso —no lo afirmo —preparar en un par de años mi Refranero general español, para el cual tengo acopiados unos 16.000 refranes, recogidos, en gran parte, de la tradición oral. La empresa es difícil y resultará mal realizada, por varias razones, entre ellas, por la carencia de muchas colecciones antiguas. V. cita en el tomo III de La Ciencia española algunas que no puedo consultar. ¡En Osuna, donde la mejor librería es ésta de V., que no pasa de dos mil volúmenes!

Papeleando, poco ha, en el archivo de la antigua Universidad de Osuna, y a vueltas de antecedentes académicos de fray Hernando de Zárate, fray Diego de Zúñiga, el jesuíta Pedro Chirino (mi paisano), Luis de Molina, etc., he tropezado con un proceso que por la jurisdicción apostólica del Rector, se formó en 1570, contra Luis Barahona de Soto, bachiller en Artes y estudiante de Medicina, por el enorme delito de estudiar poesía latina y castellana en la academia de don Cristóbal de Sandoval. Es cosa curiosa. Propóngome escribir un folleto. ¿Me permitirá V. que se lo dedique, si creo que me sale siquiera mediano?

Otro proceso merezco yo por haber hurtado a V. el tiempo que malgaste en leer esta carta.

Perdóneme V., y vea si en algo puede serle útil su admirador devotísimo y affmo. s. s., q. l. b. l. m.,

Francisco Rodríguez Marín

P. S. ¿Nació en Osuna fray Francisco de Osuna, franciscano? No tengo ninguna de sus obras, ni he logrado verlas, más que catalogadas por Salvá.

 

Rodríguez Marín - Menéndez Pelayo , p. 5-7.

Notas