Buscar: en esta colección | en esta obra
Epistolario > Volumen 10 (Mayo 1889 -... > Vol. 10 - carta 47

Datos del fragmento

Remitente ENRIQUE LLISTAR ESCRIG CLUB DEL PROGRESO BUENOS-AIRES Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 24 mayo 1889 Lugar Buenos Aires

Texto

Volumen 10 - carta nº 47

De ENRIQUE LLISTAR ESCRIG
CLUB DEL PROGRESO
BUENOS-AIRES
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Buenos Aires, 24 mayo 1889

Mi distinguido y antiguo condiscípulo: Sorpresa te causará recibir noticias mias despues de quince años de separación, en los que tú has conquistado un renombre bien merecido, y yo sufrido calamidades sin cuento, pasando de las aulas de Filosofia y Letras de la Universidad de Barcelona, en donde me honré siendo tu compañero, al campo de la guerra, defendiendo la tradicional bandera. Despues de la paz me instalé de nuevo en la hermosa Ciudad Condal donde casé y enviudé a los cuatro años, contrayendo tres años despues matrimonio con una joven italiana de excelentes condiciones, artista de corazón, que canta, maravillosamente, conoce el piano á la perfección y posee el inglés, francés y español á la par que su bella lengua nativa.

Con ella hé recorrido toda la Europa, algo del Asia y toda la América Norte, Central y Sud, hasta que fatigados por los cinco años de continuo viaje, y de haber querido esplorar el alto Orinoco entregados á merced de los indígenas de quienes conservamos gratos recuerdos, pasamos por Rio Negro al Amazonas hasta Pará, dirijiéndonos luego á Marañon, Pernambuco, Baldúa y Rio Janeiro, mereciendo ser recibidos y agasajados en Petrópolis por una santa y espléndida señora digna de toda alabanza, la Princesa Doña Isabel, heredera del imperial trono, la que nos colmó de beneficios y atenciones y nos dispensó paternal hospitalidad.

Si yo ocupase tu encumbrada categoría y mi pluma fuese capaz como la tuya, no dejaría de dedicarle un artículo en la acreditada Ilustración Española, pregonando justicieramente las altas virtudes de aquel angel del Brasil -cuya única mancha, segun algunos- (pocos) es la de ser demasiado católica; y por lo que estos pocos esperan á la muerte del ilustre Dom Pedro, proclamar la República.

Si quisieras dispensarme la alta honra de constituirte en abogado de mi santa causa, te lo agradecería de todo corazón. No me falta valor para cantar con naturalidad los merecimientos de tan preclara criatura, pero donde hay un Pelayo, los Enrique pueden vanagloriarse con llamarse sus escuderos. Perdona mi frase si ella ruboriza tu natural nobleza, pues no es hija de vil adulación, y sí de homenage á quien Dios quiso dotar de génio para honra y provecho de nuestra amada pátria.

Hace un año me dedico á la humilde profesión, siendo en la actualidad subdirector del Colegio del Comercio, del que es Director Don Adolfo L. Negrotto; Calle de las Piedras -165, donde me tienes á tus siempre gratas órdenes. Disfruto de un haber mensual discreto (400 pesos mensuales) que con otra suma igual que gana mi casta y laboriosa esposa, cubro con creces los gastos de mi hogar, que lo completan con nosotros, dos hijitos y una hermana política. Pienso retirarme á esa así que transcurran seis ú ocho años, en que acumulando algunas economias pueda contar con una base para vivir. Si para entonces nos es reservado vernos tendré la satisfaccion de abrazarte y poner á tu servicio casa y persona.

Si lo conceptuas oportuno puedo mandarte algun articulito de este pais para algun periódico de ésa, y si posible fuese, para la Ilustración (despues que pasase por tu tamiz). Dispensa la osadía.

Mucho apreciaría te dignases saludar respetuosamente á nuestro querido profesor Doctor Don Mariano Viscasillas á quien nunca he olvidado.

¿No me distinguirás nunca mandandome alguna de tus obras? Sería para mí mas preciada que la mas codiciada condecoración. Y á la par de esto no podrias influir para algun nombramiento honorífico? Este país es muy romancero y aún mas la colonia española.

Dispensa la libertad y acepta el saludo sincero de tu buen amigo que te respeta y ama

Enrique Llistar Escrig

 

Notas