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Epistolario > Volumen 9 (Noviembre 1887 -... > Vol. 9 - carta 570

Datos del fragmento

Remitente JOSÉ M.ª DE PEREDA Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 22 marzo 1889 Lugar Santander

Texto

Volumen 9 - carta nº 570

De JOSÉ M.ª DE PEREDA
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Santander, 22 marzo 1889

Querido Marcelino: Como sabía, cuando llegó tu carta del 6 a mis manos, que debía de estar en las tuyas la que te había escrito tu padre, no me apresuré a tranquilizarte del justo temor que me apuntabas sobre el efecto producido en tu casa por la horrible tragedia, de la que nada quiero decirte tampoco ahora. Hay salud y sosiego, aunque con pena llevadera en tu familia, y esto es lo que importa.

Debe estar ya en tu poder el artículo que yo conservaba sobre Sotileza, publicado por ti en La Epoca . Me le pidió Marañón en vista de las dificultades que oponía el dificultoso Escobar a la petición que tú le habías hecho.

Estos días he recibido, con letra tuya en la faja, los discursos leídos en la Academia de la Historia por Hinojosa y por ti.

Paréceme, por la muestra, hombre de fuste el nuevo académico, y que entre los dos habéis hecho un acabado estudio de ese fraile insigne, a quien, ni siquiera de nombre conocíamos los 99 por ciento de los españoles, incluso los cuatro quintos de los académicos que os escucharon. ¿Me equivoco? Y a propósito de esta Academia: ¿es o no cierto que ha hecho individuo correspondiente a Collado? Yo lo leí en un periódico, y al escribir a nuestro amigo le di la enhorabuena, pero él me contestó que nada sabía.

Cuando me escribiste tu última me decías que en la próxima sesión de la Academia de la Lengua se resolvería la cuestión del candidato, pendiente entre Manuel del Palacio y Fernández y González. Nada he visto después en los periódicos que lo confirme.

Te doy las gracias por la acogida que diste a mi recomendación que a nada te obliga, como entonces te dije y ahora te repito.

Anteanoche recibí una carta de Tamayo dándome los días y hablándome de La Puchera. Lo que de este libro me dice, por lo que dice, por el modo de decirlo y por ser de quien es, no tiene precio. ¡Lástima que no me sea lícito publicarlo!

El señor Lázaro, que no se conformó, por lo visto, con la promesa que le hice directamente, de escribir en su revista «si me soplaba la musa», me la ha retirado con el consejo, sin duda, de doña Emilia, su protectora y propagandista enragé. Los inocentes de Dios están persuadidos de que es pena humillante para los españoles, escritores o no, el desdén de esa revista, insulsa e indigesta como cualquiera de las peores. Si llega al quinto número, que me emplumen.

Tuyo siempre apasionado amigo

J. M. de Pereda

 

Pereda - Menéndez Pelayo , p. 120-121.

Notas