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Epistolario > Volumen 9 (Noviembre 1887 -... > Vol. 9 - carta 526

Datos del fragmento

Remitente JOSÉ M.ª DE PEREDA Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 14 febrero 1889 Lugar Santander

Texto

Volumen 9 - carta nº 526

De JOSÉ M.ª DE PEREDA
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Santander, 14 febrero 1889

Querido Marcelino: Como me lo anunciabas en tu carta del 10, llegaron las pruebas de tu artículo al Atlántico, y otro paquete de ellas para mí. A la mañana siguiente apareció el artículo en este periódico, y por la noche en El Correo que llegó de Madrid.

Creo recordar que en las cuatro letras que te puse días atrás te hablaba algo de la inquietud en que me tenía tu silencio conmigo después de haber leído la novela. Daba yo por supuesto que estarías muy ocupado y que escribirías tarde o que no escribirías nunca el artículo; lo cual no tenía nada de particular; pero la falta de dos renglones tuyos para decirme en ellos pura y simplemente si te había gustado o no la novela, no podía explicármela yo sino por una generosa repugnancia a darme una mala noticia. Porque has de saber también que para guiarme en esta rara oscuridad, no tenía otra luz que la que me había dado Marañón, diciéndome que habiéndote preguntado tu opinión sobre el libro, le habías respondido que ya la conoceríamos por el artículo que preparabas. Concédeme que había en todos estos extraños datos suficiente motivo para que yo creyera que la obra no era de tu gusto; y creyéndolo así, que no alcanzaran a curarme de la pesadumbre los plácemes de los demás, aunque uno de ellos fuera Clarín, ni la extraordinaria venta del libro.

Por eso leí tu artículo en las pruebas que llegaron con tu carta, con una avidez que jamás he sentido, y me han sonado tus aplausos entusiásticos de distinto modo que otras veces. La opinión pública dice aquí que el artículo «es digno del libro», y esto me infla un poquito la vanidad, porque no sabes tú el precio que yo doy a esa crítica.

A más a más, me regalas como noticia un favor que yo no me hubiera atrevido a pedirte por no aumentar el peso de la cruz de tantas ocupaciones como te abruman en «el actual momento histórico»: el favor de añadir a tu estudio sobre mis Obras, lo que piensas de las tres que no habían nacido cuando le escribiste. Me parece de perlas. Y dime: en el supuesto de que publiques íntegros los juicios, o lo más sustancioso de ellos ¿no te parece que podía suprimirse o modificarse en el de La Puchera el párrafo en que dices que el público comienza a conocerme y amarme &. &.? Dígolo porque en cada libro que escribo se me dice algo por ese arte; y tengo ya vivos deseos de que se me tome en lo poco o mucho que valgo como novelista, pues del otro modo, siempre parece que estoy comenzando, lo cual quizás sea cierto; pero ¡soy ya tan viejo en el oficio... y fuera de él! La misma frescura con que te digo esto te probará que no desconozco la generosa intención ni la solidez de fundamento con que tú también has tocado ese punto ahora; y que solamente a título de parecer va la indicación.

No sé a qué puerta llamará Clarín con su artículo, que si sale en el tono de su carta confidencial, coincidirá con el tuyo en todos los puntos capitales de él. Estáis enteramente de acuerdo, personaje por personaje y capítulo por capítulo.

En cambio el amigo J. Sardá, que ha publicado una buena crítica en La Vanguardia, después de llenar de incienso al escritor por su estilo y a la novela por el arte con que está compuesta, afirma que «la obra es, ante todo y sobre todo, un estudio de mujer»: Inés; pondera como deliciosos al Lebrato, Pedro Juan y Pilara, personajes secundarios; tiene por caricatura a D. Elías, y ni siquiera menciona al Berrugo.

Según noticias, Ixart hablará largamente de La Puchera en el primer número de la España Moderna.

La cual revista, si no ha de ser mejor que el primer número de ella, que he leído yo, va a dar al público, y particularmente a su editor, la gran castaña. ¡Qué Girondino Español , después de saber de ese personaje lo que se sabe por los Heterodoxos españoles! ¡Qué desmañanadamente compuesto el cuadro, y qué desastrosamente escrito! Pues también lo del morrión y la boina tiene gracia, en la de Dios... Lo de Cánovas, un soporífico de los suyos, y en cuanto a la Sección Bibliográfica, no he leído cosa más ñoña ni más insignificante. Para que nada le falte hasta contiene un elogio de El Gusano de Luz. Y todo esto después de un campaneo ridículo en todos los periódicos de España.

Apruebo y aplaudo lo que habéis resuelto en el asunto de la Academia. Algo arrogante me parece el intento de que sea propuesto por los mismos que antes le rechazaron; pero a que le voten casi todos ellos (porque Cañete y Catalina no le votarán jamás) puede y debe aspirarse.

Temiendo que en lo agobiado que te hallas por tantas y tan engorrosas ocupaciones, te falte tiempo hasta para desembrollar mi garrapatos, póngolos fin aquí, con un millón de gracias por tu magistral artículo, y un abrazo de tu apasionado amigo

J. M. de Pereda

 

Pereda - Menéndez Pelayo , p. 115-117.

Notas