Volumen 9 - carta nº 477

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A GUMERSINDO LAVERDE

Madrid, 18 enero 1889

Mí muy querido Gumersindo: Recibí tu dos últimas cartas, y antes había recibido el telegrama en que me indicabas que suspendiese toda gestión sobre el asunto de tu licencia. De todos modos he entregado la carta á Valera, y aunque uno y otro nos alegramos mucho de que hayan resultados vanos temores, bueno es que estémos prevenidos para en adelante. No trato personalmente al nuevo Ministro de Fomento, pero soy amigo de un hermano suyo y de su suegro, actual Presidente del Senado.

Mis trabajos ván adelantando, á pesar de la vida atareadísima que llevo. Tres horas diarias ó poco ménos me lleva un malhadado tribunal de oposiciones de Latin que no llevan camino de acabarse nunca, y que me tienen verdaderamente aburrido. Así y todo saldrán dentro de poco el último tomo de La Ciencia Española, uno de Estética, los dos que faltan del Gallardo, y el 2.º de Milá que está completamente impreso.

Te participo que he sido nombrado bibliotecario interino de la Academia de la Historia. Fué idea de Cánovas y de Dn. Pascual Gayángos. Esta interinidad se convertirá en perpetuidad muy pronto, porque el actual bibliotecario está loco furioso hace algunos meses y se teme por su vida. La plaza no tiene más ventajas que la casa, pero ésta es buena y puede convenirme habitarla un día ú otro. Además no me desagrada estar al frente de una biblioteca tan importante y de la cual puedo sacar tanto fruto para mis estudios.

Ya sabrás la derrota que hemos sufrido los partidarios de Galdós. No sé qué extraña aberración ha llevado á muchos de mis amigos á ponerse en frente de un literato de tan grande y positivo mérito y de tan extraordinaria popularidad, é ir á buscar uno de los dómines más oscuros y medianos de España, donde no han sido académicos ni Camús ni Raimundo Miguel. Lo más gracioso es que entre los que han votado á ese Sr. Comelerán, casi nadie le conoce ni mucho ménos ha leído sus obras. Caprichos de Aureliano, Tamayo y Cañete que miran la Academia como casa propia.

Ha salido una nueva y muy elegante edición de las obras de Dña. Oliva, completa y ajustada á la primitiva. El editor es el actual Director de Agricultura, paisano de la célebre doctora.

Recibí á su tiempo, y te agradecí mucho, las Poesías de Carolina Coronado y los números de La Civilización Cristiana, donde he hallado bastantes escritos de Caminero que no conocía.

¿Has visto el libro de Hernández Fajarnés, catedrático de Zaragoza, en defensa de la patria española de Sn. Vicente de Paúl? Á mí me ha convencido su alegato.

Mi hermano recibió los versos que le enviaste, pero al fin el Almanaque se quedó en proyecto.

Tuyo de todo corazón

Marcelino