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Epistolario > Volumen 9 (Noviembre 1887 -... > Vol. 9 - carta 314

Datos del fragmento

Remitente MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Destinatario JUAN VALERA Fecha 27 agosto 1888 Lugar Santander

Texto

Volumen 9 - carta nº 314

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A JUAN VALERA

Santander, 27 agosto 1888

Mi muy querido amigo D. Juan: Debo a Vd. carta hace muchos días, y si no he contestado antes, acháquelo Vd. a lo enfrascado que estoy en acabar un librote que prometí a Catalina y en despachar otras mil cosas menudas que no pude hacer en Madrid. Dirijo a Vd. esta carta a Biarritz, porque supongo que si no esta usted allí, su mujer o sus hijos tendrán cuidado de remitírsela.

He leído en los Imparciales del lunes dos nuevas Cartas americanas, que me han parecido tan discretas, oportunas y elegantes como todo lo que Vd. escribe. Pero no apruebo la manera desordenada con que estas cartas se presentan. Empezó Vd. a examinar el positivismo del Sr. Lagarrigue y no ha pasado más adelante. Empezó Vd. a contarnos la biografía de D. José Joaquín de Mora conforme a las investigaciones de Amunátegui y tampoco da Vd. muestras de acabarla.

Yo creo (y perdone Vd. esta impertinencia) que todos los lectores de las amenísimas cartas de Vd. agradecerían mucho que Vd. acabase cada tanda o serie de cartas sobre un asunto cualquiera antes de emprender con otro. De este modo las cartas pueden fácilmente formar un libro, y del otro se exponen a perderse y quedar como inéditas. Digo a Vd. esto por lo mismo que muchos de los trabajos suyos más excelentes, como los diálogos de El Racionalismo Armónico, las cartas sobre la Metafísica a la ligera, han padecido esta mala suerte, y Vd. mismo, si alguna vez se determina a revisarlas, tendrá que encender otra vez el horno con mucho trabajo. Mi opinión es que no debe uno quedarse a medias en nada de lo que emprenda, sea grande o pequeño, tuerto o derecho.

Da usted a entender en la segunda carta sobre el Parnaso Colombiano que es dudosa la patria de Juan de Castellanos. No hay tal duda, y en Colombia menos que en ninguna parte. Juan de Castellanos, como lo dice él mismo en sus Elegías y lo confirman su partida de bautismo y su testamento, nació en Alanís, reino de Sevilla. Así lo reconocen los más doctos escritores colombianos, por ejemplo. Vergara en su Historia de la literatura de Nueva Granada y M. Antonio Caro en su biografía de Castellanos, publicada en el Repertorio Colombiano. Por otra parte, y aunque no hubiera datos fehacientes, era imposible que Castellanos, que ya era talludito cuando acompañó en su expedición al adelantado Gonzalo Ximénez de Quesada, hubiera nacido en un país donde ningún europeo había puesto el pie hasta entonces.

La cosa no tiene importancia ninguna, pero la noto por si de algún modo puede Vd. subsanarla en posteriores artículos. Todo lo que Vd. dice tiene resonancia grande y crédito merecidísimo en España y en América, y aunque el bueno de Castellanos no sea ningún Homero y los americanos sean tan españoles como nosotros, no estaría bien, y sus paisanos los andaluces no se lo perdonarían a Vd., que viniese mañana cualquier neo-granadino pretendiendo llevarse para aquellas tierras la cuna de Juan de Castellanos.

Todo esto es una purísima broma y ganas de conversación, porque el punto en sí no tiene importancia alguna.

En lo que Vd. me dice de Catalina creo que tiene Vd. razón, a lo menos en parte. Yo me inclino a creer que Catalina no hace gran negocio con sus libros, pero aunque sea pequeño el que haga, siempre será desproporcionado respecto de la ganancia que a nosotros nos concede y que ciertamente es misérrima. Yo, por mi parte, no me atrevo a quejarme, porque ¿hay en España (ni en Francia tampoco) editor capaz de publicar una Historia de la Estética en ocho o diez tomos, dando por ella más de lo que da Catalina? Yo creo firmemente que no, y por eso sigo con él.

En cuanto a Vd., la cuestión es muy diversa, no sólo porque Vd. (y lo digo sin sombra de lisonja) es un clásico y un maestro indiscutible, sino por el carácter ameno de sus libros. Vd. puede y debe cobrar mucho más por ellos y ganará Vd., aunque los publique por su cuenta. Pero no creo que debe Vd. romper con Catalina después de la publicación del tomo III de sus novelas. Debe Vd. hacerle reimprimir todas sus demás obras anteriores, los Estudios críticos, las Disertaciones y juicios literarios, la traducción del Schack, etc., etc. De este modo ganará Vd. dos cosas: 1.ª, el dinero, poco o mucho, que pague Catalina; 2.ª, el tener una colección uniforme y elegante de sus obras antiguas. Al mismo tiempo creo que no debe Vd. dar a Catalina ninguna de las que en adelante componga, a no ser que le ofrezca a Vd. proposiciones ventajosas o a lo menos regulares.

Sabe Vd. que es siempre su mejor amigo

M. Menéndez y Pelayo

 

Valera - Menéndez Pelayo, p. 417-419.

SÁNCHEZ DE MUNIÁIN, J. M.ª: Antología de Menéndez Pelayo , p. 952 (fragmento).

Notas