Volumen 9 - carta nº 295

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A JUAN VALERA

Santander, 23 julio 1888

Mi muy querido amigo D. Juan: ¿Cómo ha podido Vd. figurarse, ni por un momento, que había en mí frialdad respecto de Vd. a quien tanto quiero y he querido siempre y de quien no tengo más que recuerdos de satisfaccion y de agradecimiento? Lo que hubo fué que pasé los últimos días que estuve en Madrid ocupadísimo con mil chinchorrerías, que quería despachar antes de venirme, y de resultas, no me despedí de nadie, aunque estuve pensando, hasta última hora, en despedirme de Vd. Tiene Vd., pues, motivo para quejarse del hecho, pero no de la intención, y aunque ésta no sea disculpa que valga, me confío a la mucha bondad de Vd. prometiendo enmienda y solicitando perdón.

He visto el tomo 1.º de las novelas de Vd. con el prólogo de Cánovas. No se puede negar que Cánovas tiene mucho talento y le muestra aun en aquellas cosas para las cuales menos le llama Dios. Vd. debe estar contento del prólogo, no precisamente por los elogios, que quizá sean inferiores a los que las novelas merecen, sino porque se ve el cariño del prologuista y el deseo de decir cosas agradables. Por todo esto miro yo con simpatía al tal prologo, aunque no se me oculta que hay mucho de pueril en la crítica o exposición de detalle que quiere hacer Cánovas de las novelas de Vd. (no dando, a mi entender, en el alma de ellas, y echándoselas de picaruelo y chistoso) y mucho también de alarde intempestivo de erudición fácil y atropellada en lo que habla de las novelas de otros y de la novela en general. Nada de esto será obstáculo para que yo, llegado el caso, diga a Cánovas que su prólogo me ha parecido muy ingenioso y discreto. Y, en realidad, su doctrina literaria, aunque poco nueva, me parece, y a Vd. le parecerá también, de fijo, sólida y exacta.

Ayer tuve carta de Aureliano desde Alzola. Supongo que Tamayo seguirá en Madrid.

Deploro muchísimo no ver en los lunes de El Imparcial artículo alguno de Vd. desde hace tres o cuatro semanas. Ni siquiera ha acabado Vd. de ajustar las cuentas al Sr. Lagarrigue. Calculo que volverá Vd. a ello, ahora que ha despachado el artículo de Calderón y el del mes de junio, De este último me ha hablado con elogio Joaquina, que llegó hace dos o tres días con su madre.

Escríbame Vd. desde ahí, y luego desde Biarritz. Yo deseo enmendar todas mis faltas pasadas, y ser desde ahora modelo de constancia y de fineza en la amistad.

Por acá no sucede nada. Esto está más tranquilo y silencioso que otros años, sin duda porque el calor no aprieta todavía en Castilla. Yo estudio y escribo bastante, y si Dios quiere, llevaré en otoño a Mariano Catalina un nuevo tomo casi acabado.

Si Corina está todavía en Madrid, déla Vd. muchos recuerdos míos, y si no, déselos a la pícara Leonor, que ésa sí estará de seguro.

Téngame siempre por su mejor y más cariñoso amigo

M. Menendez y Pelayo

Valera - Menéndez Pelayo , p. 414-415.

SÁNCHEZ DE MUNIÁIN , J. M.ª: Antología de Menéndez Pelayo, p, 697 (fragmento).