Volumen 9 - carta nº 179

De JULIO DE CASTILHO
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Rua do Souveiro, 24, Lisboa, 21 março 1888

Meu bom Amigo S. ^nr D. Marcelino Menendez Pelayo. Ha muito e muito tempo que não tenho noticias suas, senão indirectamente; mas pode crer que me lembro sempre com saudade do tempo em que convivemos en Lisboa, e recordo com muito prazer a sua amavel companhia, as nossas pequenas tertulias, o nosso passeio a Cintra, e a sua conversação, sempre instructiva. Por desgraça, o nosso amphytrião de Rua de S. Francisco, o bom e Excellente Silva Tullio, falleceu. Foi uma perda consideravel para todos, mas com especialidade para os amigos, e en particular para mim!

Li ha dias a sua segunda edição do Horacio en España e tive a surpreza de ver mencionado (com um verso que aliás não mereço) o meu nome a proposito do nosso insigne Antonio Ferreira. Quero agradecer ao meu caro D. Marcelino mais esta demonstração da sua amabilidade e perguntar-lhe se por acaso, lhe não mandei os dois volumes já apparecidos das Memorias de Castilho , biographia minuciosa de meu Pae. Se os não tem, desejo quanto antes reparar essa falta. Ahi vera quanto elle foi horaciano nos seus primeiros tentames poeticos; e, envoltos com a parte biographica propiamente dita, encontrará muitas noticias interessantes de contemporaneos mais ou menos illustres.

Esta carta vai ao acaso, porque não sei a sua morada; peço-lhe m'a mande dizer.

Sabe uma coisa? Convivo muito aqui em Lisboa ha já annos com a mais illustre poetisa das Hispanhas, a grande Carolina Carolina [sic], la gran Carolina, como lhe chaman os castelhanos. Tenho a honra de ser distinguido por ella, e por seu digno Marido con provas de verdadeira amizade, que muito aprecio. Se quizer qualquer coisa para elles estou os suas ordens.

E por hoje adeus, meu bon Amigo. Receba um abraço e creia-me sempre um dos seus maiores admiradores, e seu dedicado Amigo do coração

Julio de Castilho

TRADUCCION

Mi buen amigo: Hace mucho tiempo que no tengo noticias suyas, salvo indirectamente; pero puede creer que me acuerdo siempre con añoranza del tiempo en que convivimos en Lisboa y recuerdo con mucho placer su amable compañía, nuestras pequeñas tertulias, nuestro paseo a Cintra y su conversación, siempre instructiva. Por desgracia, nuestro anfitrión de Rua de S. Francisco, el bueno y excelente Silva Tullio, falleció. Fue una pérdida considerable para todos, especialmente para los amigos y en particular para mí.

Leí hace días su segunda edición del Horacio en España y tuve la sorpresa de ver mencionado (con un verso que por lo demás no merezco) mi nombre a propósito de nuestro insigne Antonio Ferreira. Quiero agradecer a mi querido D. Marcelino esta demostración de su amabilidad y preguntarle si por casualidad no le mandé los dos volúmenes ya aparecidos de las Memorias de Castilho, biografía minuciosa de mi padre. Si no los tiene, deseo cuanto antes reparar esta falta. Ahí verá cuán horaciano fue él en sus primeras tentativas poéticas; y, mezclados con la parte biográfica propiamente dicha, encontrará muchas noticias interesantes de contemporáneos más o menos ilustres.

Esta carta va al azar, porque ignoro su dirección; le ruego me la diga.

¿Sabe una cosa? Convivo aquí en Lisboa hace ya años con la más ilustre poetisa de las Españas, la grande Carolina Carolina, la gran Carolina, como la llaman los castellanos. Tengo el honor de ser distinguido por ella y por su digno marido con pruebas de verdadera amistad, que aprecio mucho. Si quisiese cualquier cosa para ellos estoy a sus órdenes.

Y por hoy adiós, mi buen amigo.

Reciba un abrazo y créame siempre uno de sus mayores admiradores y su affmo. Amigo de corazón

Julio de Castilho