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Epistolario > Volumen 9 (Noviembre 1887 -... > Vol. 9 - carta 100

Datos del fragmento

Remitente ANTONIO RUBIÓ Y LLUCH Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 30 enero 1888 Lugar Barcelona

Texto

Volumen 9 - carta nº 100

De ANTONIO RUBIÓ Y LLUCH
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Barcelona, 30 enero 1888

Mi muy querido Marcelino; mi propósito fué contestarte á vuelta de correo para corresponder á tus felicitaciones por el año ya empezado, pero me hallaba entonces (y aun no me encuentro libre de ellas), rodeado de tribulaciones domésticas, que no me dejaron cumplir mis buenos deseos. Esto no obstó á que dejase yo de pedir á Dios, y te lo diré en griego, para que mejor lo entiendas, hina tò árti arxámenon élos syn pleîstois hetérois, diejzees metà tees oikogéneías soû, kai teês kaleês nymfèes soû (la que esté de turno) en hygeía, eydaimonía, eypragía kaì panti agazoô. [1]

Sin duda creerás que tengo muchos motivos de regocijo, cuando te formulo en macarrónico lenguaje de Homero, mis votos: y sin embargo es todo lo contrario. Esta carta es como una válvula que abro á mi apesadumbrado espíritu, que me pide una espansión. Tengo á Pilar en cama, y á mi hijo segundo algo delicado, y aunque ni la dolencia pasagera de la primera, ni el malestar del último ofrecen ningún cuidado, han venido despues de tantos tropiezos, que juzgo darian al traste con mi salud si se prolongaran. Me paso el día entero aguantando chiquillos en mis brazos, porque he resultado ser un padrazo de tomo y lomo, y no puedo resistir su llanto, ni oir sus quejas sin tratar de ponerles personalmente remedio. Ya vés, a los dos años de matrimonio, en que situación me encuentro; con dos hijos y con dos amas; total, con siete personas que Dios pone bajo mi responsabilidad y con cargo á mis pobres fuerzas. De los hijos no me quejo; allá vengan cuando Dios quiera; de las amas si, que es género antipático, molesto, y costoso.

Mi salud, á consecuencia de las enfermedades que han afligido á casi todos los individuos de mi familia durante estos dos meses de Diciembre y enero, no anda del todo bien, y por tercera vez en el decurso de mi vida, los doctores me han puesto formal veto de consagrarme á trabajos intelectuales. Como comprenderás, no está en mi mano realizar tan heroico sacrificio, ni dejar de pensar en la medida que Dios me. ha concedido. No trato de jugar con mi salud, sin embargo, y parte por temor, parte por deseo de complacer á mi muger, hace algunos dias que he pasado un tanto la máquina, dedicándome a dar largos paseos en conyugal compañia.

En tu carta veo que te muestras enterado del nacimiento de mi segundo hijo, á quien por voluntad de su padrino, mi suegro, se le impuso el nombre de Manuel. Nació el 12 del pasado Diciembre. Un año que trae dos hijos equivale muy bien a un parto doble. El año 85, conseguí dos cátedras; bassonada profesional; el 86 publiqué dos trabajos; bassonada intelectual; el 87 engendré dos hijos; idem. natural.

Basta de detalles domésticos, que bien sé que no son los que más te complacen; bien lo muestran tus cartas huérfanas de toda noticia sentimental, quiero decir, íntima y familiar.

Te doy las gracias por los detalles acerca la traducción, catalana del libro de secretis secretorum, que aprovecharé debidamente y pondré en claro. La he omitido en mi discurso, lo mismo que otras muchas noticias que embarazaban su marcha y le hacian sobrado árido para lectura académica. No sé, cuando tendrá lugar mi entrada definitiva en la Academia. Vidal que había de contestarme, le ha tenido dos meses entretenido, y ahora resulta á última hora, que debe dejar en suspenso su trabajo, por una anemia cerebral que nos inspira algunos temores.

Para distraer mis ocios, interín llega la hora de que se me llame al cenáculo de los Nocturnos, he emprendido una labor recreativa, que entretiene mi curiosidad, sin fatigar mi inteligencia. Trato de escribir unos apuntes sobre un tema algo complejo y vasto que reducido á síntesis pareceme puede formularse del siguiente modo: Cataluña en la literatura castellana. Tu con tu inmensa erudicion y lectura puedes guiarme en el laberinto inagotable de nuestros clásicos, y ahorrárme muchos tanteos y husmeos, señalándome los veneros. Bajo el nombre de Cataluña comprendo todos los paises de lengua catalana. Es una lástima que nuestra raza no tenga un nombre común sino tripartito, y bajo el punto de vista científico un tropiezo y un engorro embarazoso y continuo. El nombre de Aragón que recibió nuestra nacionalidad es artificial y da lugar á equívocos, y á que el lector crea que se trata de un pueblo que nunca se identificó con nosotros.

Comenzaré primero indicando todas las influencias literarias de la lit. catalana en la castellana; las trad. castellanas é imitaciones de obras catalanas, etc. etc. Aquí me puedes ayudar algún tanto. Por ejemplo; ¿conoces alguna imitación de Ausias March hecha por Garcilaso, que no sea aquella tan manoseada, Amor, amor un habito he vestido etc.? Hay algun otro rastro de nuestro gran lírico en los líricos castellanos del Renacimiento? Después estudiaré el como entienden y tratan nuestros dramáticos la historia catalano-aragonesa, y las costumbres de Cataluña y Valencia. Lope de Vega á quien estudio ahora bajo este aspecto, me proporciona abundante materia. Por lo común tengo observado que falta todo color histórico y local, y que los hechos que pasan en Barcelona, lo mismo diera que acaecieran en Varsovia ó Bohemia. También observaré la manera como describen nuestros novelistas, nuestras costumbres, nuestros tipos y nuestros lugares; como juzgan los historiadores nuestro carácter, y otras muchas curiosidades que los autores esplorados y vistos tras el prisma del regionalismo (es palabra de moda) irán descubriendo espontáneamente. Quid tibi videtur? Aguardo tu parecer y tus consejos. De todos modos, si el tema no vale la pena (á mi me parece que sí), será un pretexto para leer clásicos castellanos y estudiar más detenidamente dos literaturas. ¿Hasta donde harías llegar las investigaciones? Yo creo que hasta el siglo pasado. Desde el momento en que el modo de ver las cosas es más consciente, ya no tiene tanta gracia.

Te remito la poesia de Miguel Costa, Ruinas. Es soberbia. La publiqué en un periódico místico de Bogotá, del cual no tengo más que un ejemplar; el otro se lo mandé á Costa. No tenia permiso para más, y como el chico se ha vuelto tan sentido, ando con más cuidado, para no privarme de sus dulces espansiones literarias, Yo creo que se vá curando, pues con sorpresa mia he visto que no soy el único que merece sus confidencias poéticas, sino que hay alguien, de más opuestas tendencias que yo, que ha alcanzado favores más íntimos. Refiérome á Estelrich a quien ha remitido y dedicado una poesía en silva muy hermosa titulada «En la calda de Tasso», a la cual ha puesto aquel algunos reparos. El original que te remito, copia de mi mujer, vá un tanto sucio, por las libertades de los cajistas.

Hace pocos dias tuve carta de M. Ant. Caro. Me dice que está terminando la impresión en corto número de ejemplares de su Colección de traducciones poéticas, y que otro dia tratará conmigo de su reimpresión en Barcelona. Caro me ha proporcionado una plaza de corresponsal, muy bien retribuida, de la Nación de Bogotá, periódico oficial, que hasta ahora ha salido bajo su dirección. Temo que no dure mucho esta ganga, pues el mismo Caro me anuncia que ha debido separarse de la Dirección, y veo que el Dr. Nuñez ha dejado la presidencia por motivos desconocidos. Tambien escribo hace algunos meses para otro periódico de Bogotá que dirige el fogoso D. José Joaquin Ortiz, y al propio tiempo dirijo el Mensagero de Colombia y Centro-América, al que procuro dar cierto sabor literario.

Un corresponsal mio de Osnalruck (Hannover), Mr. Hergnet, trabaja con asiduidad y fruto en esclarecer los hechos del famoso Juan Fernandez de Heredia. Ha publicado un importantísimo artículo en una revista alemana en que describe á Heredia con toda su grandeza como literato y humanista, tal como se muestra en la carta de Salutati, y me promete en su última dedicar á la posición literaria del Gran Maestre un segundo trabajo, que se titulará «Heredia als Mann der Wissenschaft». Se me queja de que nadie en Madrid se dé el trabajo de examinar las obras de Heredia y de corregir las inexactitudes de Amador de los Rios. ¿Puedes indicarme alguna persona que pudiera servirle?

Debo confesarte que no he podido aun ver con detención el 2.º tomo de la Ciencia Española con los nuevos perfiles que le has añadido. Pensaba hacerlo durante las pasadas vacaciones; mas me lo impidió el nacimiento de mi segundo hijo. Tengo deseos de leerle en la primera ocasión que se me presente, y de dirijirte una nueva epístola, valiéndome de materiales que acerca de la materia tengo recogidos.

Lo que nunca llega y le esperamos con impaciencia todos los amigos tuyos de por acá, es el anunciado volumen de la Historia de la Estética. Yo le aguardo para sistematizar mis ideas de re esthetica que se hallan en mi cerebro en estado de interinidad, pues Milá no me satisface, por su casi ausencia de metafísica. También quiero hablar tendido contigo, en tu próximo viaje a esta, de preceptiva literaria, y por de pronto bien pudieras recomendarme é indicarme las mejores obras que en esta materia conoces.

Me alegro que hayas aceptado el cargo de Mantenedor, que yo ejercito cotidianamente en mi familia, y la honrosa comanda que 't feu lo respectable cos d'Adjunts. Veremos si en tu nueva estancia en Barcelona tendré más fortuna que en la pasada, y si esta vez me cabrá el placer de que te sientes á la modesta mesa de mi hogar, ó si te monopolizarán esclusivamente amigos improvisados ó fastuosos títulos que se las quieran echar de ilustrados. Te tomo el turno muy por adelantado para que no alegues escusas que no tendrán para mi valor alguno.

Consérvate bueno. Háblame de lo que traigas entre manos. Tuyo siempre afmo

Antonio

 

Notas

[1] Siendo intrascendentes estos textos griegos, he decidido publicarlos en transcripción; la eta por dos ee; la omega por dos oo, y sin poder recoger la iota suscrita.