Volumen 9 - carta nº 74

De CASIMIRO DEL COLLADO. (A Madrid)
C. DEL C.
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

México, 3 enero 1888

Queridísimo paisano y amigo: Comienzo por desear a V. lo mismo que á toda su familia, un felicísimo año; deseo al que se asocia no menos cordialmente mi señora: y sigo para contestar, aunque un poco tarde, á su apreciabilísima del 25 de Sept. ^e que me anunciaba su próximo regreso á la Corte donde le supongo bueno y rodeado, con satisfacciones, del círculo amigo y literario de costumbre.

Prieto, Sosa, Roa é Icazbalceta han leido con sumo gusto y agradecimiento los parrafos que V. les consagra en su referida carta, y excuso decirle cuánto interés despiertan todas las suyas en ese círculo de amigos ó de Académicos que constantemente le recuerdan y me piden nuevas de tan buena persona. Ni de las cartas de V., ni la del amigo Pereda, que tambien me habla de él con motivo de la primer novela del joven Rabasa, se las leeré nunca á Altamirano, cuya soberbia pontifical heririan las juiciosas observaciones de ambos. Tiene este escritor talento, erudición y estilo notabilísimos; pero quiere recrudecer las ideas rancias y las preocupaciones contra España y los españoles que ya casi nadie conserva aquí ni aun entre los de raza (mezcla bien fea de indio y africano); y este capricho que no sé si nace tambien de ambicion política, le hace intratable. Es lástima: porque vale mucho literariamente, y no le creo malévolo por naturaleza. Pruébalo el que conserva gratitud hácia un español que le sacó de su casucha y costeó toda su educacion: llamábase D. Luis Roválo.

Nuestros demás compañeros de Academia, que igualmente han leido su carta, agradecen y esperan los informes que despues de su llegada a Madrid, se proponia V. recoger y transmitirme acerca de las medallas académicas. Veo por sus primeros informes que no era descaminado el concepto que desde un principio les manifesté sobre este asunto, y que á no crearse medallas especiales para los miembros de las Americanas, no se pueda contar con las de Academia-Madre que como es usual, tienen número fijo y se transmiten al nuevo Académico que sustituye al difunto poseedor.

Obran ya en mi poder los dos tomos de la «Ciencia Española» que he leido con avidez, y espero los siguientes: los están leyendo otros de nuestros arriba citados amigos, y excusamos ponderar el gusto y el asombro que nos producen.

Incluyo aquí por encargo del amigo Roa Bárcena unas bonitas décimas á Cervantes. [1]

He visto que el amigo D. Juan Valera permanecerá en esa Corte con licencia por algunos meses, y que iban VV. á obsequiarle como se merece. Me alegro de ello, y le encargo que le felicite de mi parte por su regreso á la querida Mántua. Como los obsequios debia arreglarlos el inolvidable Cañete, no dudo que saldrán di cartello.

Y á propósito del amigo Cañete ¿acabó aquel análisis de mis versucos de que nos leyó y publicó dos partes en aquel periódico del famoso D. Jacinto Ruiz? Tratando de encuadernar los mil folletos que traje de ahí, me encontré con algunos números de dicha Revista del año 1881; y si el famoso crítico acabo en ella ó en otro periódico el vapuleo que merezco, le leeria y encuadernaría gustoso. En cuanto á enmienda ya es tarde; mas no para el arrepentimiento. Si pueden VV. satisfacer mi curiosidad hagánlo y reciban las gracias.

Como indiqué arriba, tuve carta de nuestro Pereda que me anuncia la conclusion y pronto envio de «La Montalvez». No puede V. figurarse con qué interés se espera esta nueva produccion. Siempre las suyas han sido leidas aquí con grandísimo; pero desde que se publicó la parte de su última carta en que habla tan ventajosamente del nuevo novelista mexicano Rabasa, ha subido de punto el entusiasmo por cuanto sale de la pluma de nuestro paisano. Le pienso escribir dentro de pocos días.

Reciba V. afectuosos recuerdos de mi Señora: déselos míos á los amigos Académicos y créame siempre y de veras suyo

C. del Collado

[1] No se conservan con la carta.