Buscar: en esta colección | en esta obra
Epistolario > Volumen 9 (Noviembre 1887 -... > Vol. 9 - carta 3

Datos del fragmento

Remitente JUAN VALERA Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 2 noviembre 1887 Lugar Bruselas

Texto

Volumen 9 - carta nº 3

De JUAN VALERA
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Bruselas, 2 noviembre 1887

Mi muy querido amigo Menéndez: Ésta tan anunciada ida mía a Madrid se va retardando cada vez más, pero habrá de realizarse al cabo.

Mi mujer no quiere quedarse sola por aquí, y se va antes a España. Calculo que el 10, a las doce, saldrá de aquí. Avisaré a Vd. para que vaya a verla, en lo cual me hará gran favor.

Como aquí hay fiestas nacionales, Te Deum y convites hacia mediados de este mes, yo no me iré de aquí hasta después del 20, pero, así como tardo tanto en volver a la patria, tardaré luego en volver a salir de ella, a no ser por brevísimo tiempo, pues aseguro a Vd. que estoy más que harto de diplomacia, y sueño con la vida de Madrid, y aun con la de Cabra, con las juntas de la Academia y con la conversación de los amigos de ahí, y hasta con las tertulias literarias clandestinas.

Ya habrá Vd. visto mi artículo II sobre la Historia de la civilización ibérica. A pesar del jaleo de cosas que tengo encima, estoy acabando de escribir el artículo III. Los artículos van a ser más de lo que yo pensaba. Van a ser seis o más, y van a formar un tomo como el de los Apuntes.

Dígame Vd. su parecer sobre el artículo II. Lo que me dice y su aprobación, me alientan y excitan a escribir. Creo, además, que la manera de pensar de Vd. influye en la mía, y deseo influir algo en la de Vd., para que nos vayamos fundiendo, cada vez más, en las creencias y filosofías, permaneciendo cada cual con nuestro ser propio y la individual originalidad que Dios nos puede haber dado.

Ahí, con mis libros, que son las herramientas del oficio, y en medio de nuestro ambiente y movimiento intelectual castizo, pienso escribir mucho, si Dios me da salud.

Vamos a ver si entre Vd., Alas, algunos otros y yo, aunque flojo, resucitamos por completo la mente española, con las condiciones que en el siglo XIX, y aun XX, conviene que tenga. La ambición no es pequeña, pero es menester tenerla. Es menester combatir el barbarismo extranjero, el arcaico y el liberalesco también. ¿No le parece a Vd., como a mí, que en España hay más savia, más vida intelectual y más vigor para todo de lo que a primera vista parece, salvo que, por desgracia, así en la esfera de la vida activa como en lo especulativo, está dominada por los bárbaros y por los vulgares y cursis?

Insufrible es, a veces, la soberbia autoritaria de Cánovas; a veces, así en literatura como en política, a fin de parecer profundo, se descuelga él con tesis que me dejan despampanado; pero, en fin, su partido es menos cursi y vulgar, menos inalfabético y más culto que el partido en que yo estoy. Esto me aflige, y me pone deseo de no estar en ningún partido.

Ya ahí hablaremos de todo con reposo.

Alejandro Pidal me es archisimpático; pero exagera ya demasiado su catolicismo tomista.

En fin, yo tengo muchísimas ganas de ir ahí y de mezclarme en la vida del país y salir de este aislamiento.

Aquí nada me interesa. Esto es inaguantable para mí. Si no fuera por mi familia, costosa y poco cómoda, ha tiempo que hubiera yo preferido a esto hasta la vie de bohème.

Soy su afmo. amigo

J Valera

 

Valera - Menéndez Pelayo, p. 410-411.

Notas