Volumen 8 - carta nº 54
De CASIMIRO DEL COLLADO. (A Madrid)
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
México, 15 septiembre 1886
Muy querido amigo: Este D. Rafael Angel de la Peña, nuestro compañero de Academia, escribe á V. la adjunta [1] y por esta misma ocasion le envia separadamente el opúsculo á que en ella se refiere. Plegue á Dios y á las Administraciones de Correos, que llegue salvo á sus manos.
Temeroso, sin razon, de que por su largo silencio no recibiese V. favorablemente sus letras, ha querido que yo las acompañase con las mias, como si, tratándose de re litteraria, pudiese valer algo mi patrocinio y como si V. necesitase recomendaciones para semejantes materias. Sea como fuere, yo he admitido esta especie de patrocinio, porque me obliga gustoso á dar de mano por un rato á mis prosáicos afanes y preocupaciones, y á departir con tan bueno como indolente amigo, recomendándole al propio tiempo el Académico mexicano que tanto vale por sus prendas morales, como por su erudicion y talento.
Aquí, como en todo el mundo, se encrespa la contienda entre las escuelas ó sistemas filosóficos; y también este centro científico está dividido entre espiritualistas y positivistas. Yo nada puedo decir sobre estas abstrusas materias que siempre me han aturdido y fatigado; pero siempre he creido que el defecto del positivismo, el principal á lo menos, está en que se afanan en no querer ver allende de sus narices: bueno es el ojo material pero ¿qué diablos hace uno sin el del espíritu? Allá VV. irán sosteniendo y probablemente venciendo en esta campaña, que ya es vieja y no será nunca nueva ni aun en la forma. Los profanos aplaudiremos á VV., como hacen con los buenos lidiadores los pseudointeligentes que vocean en los circos de Madrid y de Sevilla.
Supongo que recibió V. las que ha pocas semanas le escribí recomendándole al Sr. Riva Palacio.
Aquí nos tiene V. reunidos á todos los de la familia, los que me encargan le ofrezca sus cariñosos recuerdos.
Supongo que estará aún pasando su temporada de verano en nuestra provincia y que verá diariamente á nuestro incomparable Pereda. No deje de ofrecerle mis cariñosos recuerdos. Lo mismo á la apreciable familia de V.
Sin tiempo para más y deseándole todo género de ventura, quedo suyo apasionado amigo, paisano y S.S.
C. del Collado
[1] Carta precedente, puesta en su fecha.