Volumen 8 - carta nº 44

De FERNANDO GONZÁLEZ ROMERO. (A Madrid)
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Sevilla, 25 agosto 1886

Muy Señor mio. No me mueve al escrivir á V. otro fin que el mismo que V. tuvo al escrivir su Historia de las ideas Críticas en España, que acabo de leer con suma satisfacción.

Ha llamado mi atencion, sin embargo, que en el Tomo 2.º, volumen 1.º, pagina 121, consigne V. el siguiente párrafo.

«Sin preocupación, pues, ni temor pueril, y limitandome á nuestro asunto, pondremos frente á frente en este Capítulo las ideas de nuestros místicos acerca de la hermosura, con las que profesaban sobre el mismo asunto los Platonicos independientes ó profanos estudiados en el Capítulo anterior, para que luego se remonte el Lector á los orígenes de toda esta doctrina, cuyos principales eslabones son Platon, Plotino, El Falso Areopagita, San Buenaventura».

¿Los orígenes de la doctrina mística son ó proceden de la doctrina de Platon?... ¡Platon, Plotino... Eslabones principales, Maestros, de nuestros humildísimos místicos!

Nuestros Místicos, Señor Menendez, V. los conoce bien, se nutrieron y amamantaron en la doctrina de nuestro Señor Jesucristo; y siguiendo egemplarmente sus preceptos, fueron, son y seran modelos de todas las virtudes cristianas, sobresaliendo entre todas ellas la de la Humildad.

San Agustin, cuyas obras V. conoce, dice hablando de esta virtud

«Haec aqua humilitatis in nullis alienigenorum libris est: non in Epicureis, non in Stoicis, non in Maniqueis, non in Platonicis. Ubicumque etiam inveniuntur optima precepta morum et disciplinae, humilitas tamen ista non invenitur. Via humilitatis hujus aliunde manat, á Cristo venit». «Ipsa est perfectio nostra humilitas» In Psalm. 21 y 130. «Si portas in fronte signum humilitatis Cristi, porta in corde imitationem Cristi humilitatis. Tentorem querit Deus signorum suorum, non pictorem». In Serm. 22.

Esta Doctrina de Jesucristo, segun Sn. Agustin; esta convición del gran Padre y Maestro de Santa Teresa de Jesus, cual ella le proclama, fue confirmada algunos siglos despues por el mismo San Buenaventura. Preguntado este confidencialmente por Santo Tomas ¿en que libros estudiaba aquella elevada doctrina, y dónde habia aprendido aquella elocuencia tan llena de devoción? le contesto descubriendo un Crucifijo «Este es el libro donde estudio todo lo que enseño».

Y esta misma doctrina de Jesucristo, hallase reconocida por V. al consignar en sus Estudios de Crítica literaria, pagina 6 «Solo en el Cristianismo vive perfecta y pura esta poesía... por eso los Griegos no alcanzaron ni sombra ni vislumbre de ella».

Si hay ó no error en aquel párrafo: si como de escritor es ó no transcendental al fin de su Historia; y si en este punto concreto merece ó no rectificación, dejalo á la respetuosa y respetable consideración de V. su atento servidor Q.B.S.M.

Fernd.º Gonzalez Romero