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Epistolario > Volumen 8 (Julio 1886 -... > Vol. 8 - carta 31

Datos del fragmento

Remitente JUAN VALERA Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 2 agosto 1886 Lugar Ostende

Texto

Volumen 8 - carta nº 31

De JUAN VALERA
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Ostende, 2 agosto 1886

Mi querido Menéndez: Acabo de recibir la carta de Vd. del 29. Ya he dicho a Vd. y repito que el silencio de los periódicos españoles acerca de mis versos me ha picado, pero no me ha acoquinado. Antes bien, es como espuela y látigo que me va a lanzar a escribir con furia.

Sin que influya esto en mi determinación de escribir, entiendo que del silencio de los periódicos Catalina tiene en parte la culpa. No sólo no ha procurado que anuncien el libro, pero sospecho que no ha dado un solo ejemplar de los que encargué que diera.

Narciso Campillo no ha recibido el ejemplar. Greindl no ha recibido el ejemplar. Sólo sé que han recibido ejemplares las personas a quienes Vd. los dió; por ejemplo, la señora de Bauer, que ha escrito a mi mujer encargándole me dé las gracias, y Rodopis, que directamente me ha escrito una carta muy fina.

Ya creo haber dicho a Vd. que Alberto Savine me envió su traducción del libro El naturalismo de doña Emilia Pardo Bazán. Su lectura me ha excitado. Estoy escribiendo otro libro también de naturalismo. Se titulará Apuntes sobre el nuevo arte de escribir novelas. Ya llevo dos artículos que he enviado a la Revista de España.

Espero que gustará Vd. de ellos, aunque van en estilo ferozmente desenfadado; pero para impugnar el naturalismo es menester adoptar el estilo naturalista.

No he visto la nueva edición de la Historia de la Civilización Ibérica que dice Vd. que Oliveira Martins me dedica. La haré venir y escribiré sobre ella.

La Metafísica a la ligera no quedará por terminar, como yo no me muera de repente, y ahora me siento mejor y doy pocas señales de morirme.

Si por un capricho de la suerte, Pepita Jiménez alcanzase buen éxito en los Estados Unidos, sería gran negocio para mí y aun para otros escritores españoles. allí se nos abriría un gran mercado. Hasta podríamos escribir en inglés o publicar libros traduciendo en inglés y sacándolos a reducir allí antes de que en castellano saliesen. Podríamos vender de este modo a un editor de Nueva York o de Boston las primicias de un libro.

Aunque yo he perdido en Wáshington dos años o más en otras cosas y sólo he pensado en esto de los libros en los dos últimos meses de mi residencia allí, aun no he perdido toda esperanza. Si tiene éxito Pepita Jiménez, se hará negocio. Ya creo haber dicho a Vd. que apareció en los últimos días de julio. Lo sé por telegrama que me han enviado.

Ya Vd. comprenderá que un éxito allí tiene que ser colosal o no es éxito. Los Appleton estereotipan un libro, y la primera tirada es de 40.000 ejemplares, lo que llaman en Francia 40 ediciones. A estas horas está inundado de Pepita Jiménez todo el territorio de la Unión, desde Boston a San Francisco y desde el Niágara a Cayo Hueso. Hay 58 millones de habitantes, de los cuales la mitad sabe leer y lee.

En fin, si yo no caigo en gracia, otro caerá en gracia. Aquel país está bien predispuesto en favor de los españoles. Nuestra fortuna como escritores, si lográsemos hacerlo bien, estaría en América y más quizá en la América donde se habla inglés que en la española. Allí nos quieren, allí nadie olvida que los descubrimos y llevamos allí la civilización; a poco que hagamos conquistaremos otra vez toda la América, no materialmente, sino con el pensamiento.

Entretanto, y por si no nos toca a nosotros hacer esta conquista, debemos trabajar en España para realzar las letras y preparar a otros para que la hagan. En general, yo creo que estamos muy aislados aún mentalmente del resto del mundo, y esto influye no poco en la mezquinería, cursería y depravación del gusto en España, que haya ahí reputaciones como las de Ayala, por ejemplo, falsas hasta para los mismos que la hacen, pues estoy seguro de que nadie lee ya Ayala elogiándole por fe. Campoamor, si hubiera habido crítica en España, hubiera hecho cosas estimables porque no carece de ingenio, tiene muchísimo; pero la adulación ignorante le ha depravado; ha hecho su ignorancia más atrevida y no escribe sino barbaridades o ñoñerías.

Pocas personas están más llamadas que Vd. a corregir todo esto. Usted, que tiene por delante larga vida y es activo, fácil y fecundo. Yo, aunque viejo ya, pienso hacer aún cuanto pueda. Mi ideal es ahora retirarme de estas diplomacias y pasar en Madrid y en Cabra los años que me quedan de vida.

Si yo lograra arreglar mi situación económica, esto estaría hecho en seguida. En fin, allá veremos.

Adiós. Consérvese bien de salud. Concluya su Historia de las Ideas estéticas y escriba mucho más. Créame su afmo. y buen amigo

J. Valera

 

Valera - Menéndez Pelayo, p. 284-286 .

Notas