Volumen 7 - carta nº 82

De BENITO ISBERT Y CUYÁS
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Píazza della Trinità dei Monti, 13 A, Roma, 19 febrero 1885

Muy distinguido amigo: Acabo de leer su magnífico discurso que ha pronunciado en el Congreso en contestacion á Castelar, y me apresuro á enviar á Vd. mi mas cordial enhorabuena. Lo haré insertar en algun periódico católico de esta capital y hasta si se ofrece ocasion hablaré de él á Su Santidad. He visto que algunos amigos é admiradores de sus obras se lamentaron de su entrada en la política. Yo al contrario me alegré mucho porque créo que Vd. podria prestar grandes servicios á la Religion y á nuestra amada patria que tanto necesita de hombres de ilustracion y de buena fé que la saquen de la postracion en que yace o por lo ménos que disputen el monopolio que una política impia y gentes sin patriotismo vienen haciendo de ella desde principios de este siglo.

Yo no soy partidario de la política: ne elettori, ne eletti de L'Unitá Cattolica de Turin que á mi juicio ha entregado las naciones á la discrecion de los enemigos del catolicismo: Militia est vita hominis. Y como la guerra que se hace hoy á la Iglesia es principalmente politica porque á este terreno se han llevado todas las cuestiones, creo que todos los que se sienten con fuerzas deben estar en la brecha á lidiar las batallas del Señor.

Y cuando se hace en todas partes la conspiracion del silencio para ahogar la voz de la verdad, considero muy conveniente que los hombres, que como Vd. tienen talento e instruccion, vayan al Parlamento á disputar el terreno palmo a palmo ó por lo menos á protestar. La semilla que desde la tribuna politica se arroja, los vientos de la publicacion la llevan á todas partes y en alguna de ellas ha de fructificar.

¡Dios le dé á Vd. salud y gracia para poder continuar luchando contra el error!

Ya sabe Vd. que aqui tiene Vd. un amigo deseoso de servirle si algo se le ocurre de la corte pontificia, tendré un honor y un placer en impetrarlo su A. A. s.s. q. b. s. m.

Benito Isbert y Cuyás