Volumen 7 - carta nº 10

De ANTONIO RUBIÓ Y LLUCH
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Barcelona, 9 diciembre 1884

Mi muy querido Marcelino; he visto en los periódicos que has tomado parte en el debate empeñado con ocasión del informe emitido por el que me parece atrabiliario, Oliver, acerca de mi monografía oriental, y como me hallo in albis de cuanto hayais podido decir, juzgar y comunicar, hasta el punto de que ignore aun hoy, si soy yo quien paga la fiesta ó el mismísimo Oliver, acudo á ti para que me saques de dudas y temores. Tambien he leido en los diarios que se habian descubierto nuevas fuentes históricas acerca de la expedición. ¿Cómo y donde se han hallado noticias tan peregrinas y de que calibre son estas? Estoy impaciente por saber algo y se me pudre la sangre al encontrarme distante de la Academia en tan propicia ocasión. Me parece esta tambien muy oportuna, para que la citada corporación intente hacer algun esfuerzo para el esclarecimiento de la historia del ducado catalán de Atenas, y dicho queda que me vendria de molde, que fuera la Academia misma, quien me propusiera al Gobierno para la comisión histórica que me prometió Pidal, durante mi última estancia en esa. Como el viernes próximo durará aún el debate, te agradeceria que intentaras algo en este sentido y que hicieras ver la conveniencia de mandar un comisionado á Grecia, ó mejor dicho, de mandarme á mí. He escrito tambien á Oliver y Saavedra en este sentido y escribiria tambien á Balaguer si entre él y mi padre no hubiera cierta tirantez de relaciones. Ponme al corriente de cuanto se diga y haga en la Academia relativo á la expedición.

No eches tampoco en olvido mi asunto de la cátedra de Oviedo, paso preliminar para calzarme la de Milá. Si antes de marcharte á Santander pasa mi expediente al Consejo, influye para que se despache pronto y caiga en buenas manos, dado caso que no pueda caer en las tuyas propias, que son las que mejor me tratarian. ¡Ojalá hubieras sido tú tambien el informante de mi monografia oriental! Otro gallo me cantara á la hora presente. El informe favorable estaria ya agregado al expediente, y no aguardando como ahora, á que se acabe la consabida discusión.

Te he servido en todo lo relativo á Milá, como te lo habrán mostrado las cartas de Oller y de Franquesa, preguntándote el primero por las poesias que conozcas, para remitirte las no conocidas, y mandándote el segundo el discurso de los Jochs Florals que anda muy escaso, á pesar de la tirada que se hizo aparte. Si se te ocurre algo más ó hubieras dejado de recibir lo prometido, comunicamelo inmediatamente y se repetirá el envio.

Cuando escribas á Antonio Caro de Bogotá pregúntale si recibió mi monografia oriental.-Supongo que me habrás recomendado á aquel señor de Buenos-Ayres que deseaba un corresponsal para su periódico.

Procura que se despache prontamente todo lo que se refiera á mi cátedra. Temo que la guerra feroz de las sectas contra Pidal, le desaliente, ó que produzca una modificación ministerial, si el gobierno se siente débil.

He participado á los albaceas de Milá tus deseos de conservar algun recuerdo suyo, y se me ha asegurado que te tendrian presente. El bueno de D. Manuel, con aquella falta de sentido práctico que le caracterizaba, hizo donación de su libreria al Seminario Conciliar! ¿Que le importará á nuestro clero, poco entendido en achaques de literatura, de la gramática de Diez y de tantas otras obras de valor que poseía Milá? Su testamento, segun me indicó Vidal, es un atajo de desatinos ¿Que dirias si conocieras á muchos de sus innumerables albaceas?

A Dios caro Marcelino. Muchos recuerdos mios, siquiera para que se acuerden de mí, á los Pidales y demás gente del Ministerio. El enfatico Duque corre por mi cuenta. Mi padre te saluda afectuosamente.

Tuyo affmo.

Antonio

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