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Epistolario > Volumen 6 (Enero 1883 -... > Vol. 6 - carta 49

Datos del fragmento

Remitente JUAN VALERA Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 9 marzo 1883 Lugar Lisboa

Texto

Volumen 6 - carta nº 49

De JUAN VALERA
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Lisboa, 9 marzo 1883

Mi querido amigo Menendez: Sin carta de Vd, á que contestar y sin cosa alguna, buena ni nueva, que decirle, por puro deseo de comunicar con Vd. y para sacudir algo el aburrimiento, porque aquí me aburro de un modo feroz, escribo á Vd. ésta, que ignoro qué contendrá: puras lamentaciones, sin duda, y algunos consejos inmorales, excitando á Vd., contra lo expuesto en mi carta-prólogo, á que no se case por nada del mundo.

Si yo no estuviese casado y con tres meninos, aseguro á Vd. que hace ya un año habria yo dejado de ser ministro en Lisboa, y estaría en Madrid, ó en París, ó en Cabra haciendo la vida gitano-literaria, para la que he nacido: pero el hombre pone y el matrimonio dispone.

Nada me carga más soberanamente, aun cuando no soy nada, que las pendencias diarias con el cocinero ó con la cocinera, porque en esto ha puesto cinco cuartos de mas y en aquello una libra de peso mas de la que habia. De aquí algo de horriblemente y plebeyamente bourgeois, y un infierno en la casa. Y el que tiene poco se vé arrastrado á hacer esto, aunque á mi ver poco consigue. Los criados se ríen y siguen robándole á uno, pero con peores modos y sirviéndole mal.

La consecuencia que saco yo de todo ello es que para ser ministro, con mujer y niños, y mal pagado, como está un Ministro de España, es menester ser banquero ó Duque con rentas, ó ser cicatero y roñoso, y hallarse uno en su elemento, viendo las cuentas de la cocina, echando las llaves al vino y á los mendrugos que sobran, y haciendo otras mil porquerías.

Después de estas briegas diarias para que alcance el dinero, me dá calentura, me abato, me acoquino, me desespero y no valgo para nada. Hay días en que recelo que esta vida de angustia económica es una á modo de castracion intelectual, y que yo ni escribiré nada ni valdré nada mientras siga así, y no me vuelva a la Bohemia por completo.

En fin, todavía quiero ver si saco fuerzas de flaqueza y valgo para alguna cosa, sin dejar este turrón, para que mi mujer no diga que no miro, por ella y por los hijos.

Ya que estoy con la pluma en la mano, quiero hacer á Vd. un encargo que no es dificultoso ni molesto y que Vd. hará pronto y bien.

La Infanta D.ª Paz, ahora que vá á ser casada y vá á saber qué es mundo y carne, ha tenido la idea, lisonjera para mí, de mandarme á pedir mis obras, que desea llevarse á Munich. Aunque esto me cueste algunos reales, yo no puedo menos de darselas bien encuadernadas. Si el hermano encuadernador de Fe librero me inspirase completa confianza, escribiría á Fe para que éste entregase los libros al hermano y le dijera que los encuadernase: pero yo me fío más de Durand (calle de la Greda) que del amigo Fe.

Así, pues, acudo á Vd. para que tome en casa de Fe un ejemplar de los libros apuntados en el adjunto papel, que podrá servir al mismo Fe como de vale, sin que haya que decir á Fe para qué son: y luego que Vd. tenga los libros se los mande encuadernar á Durand, en becerrillo, elegantes y sin adornos cursis, y esto lo más pronto que se pueda. Luego que los libros estén encuadernados, me hará Vd. el favor de entregarselos á Manuel Cañete para que éste de mi parte los entregue. Ya, cuando los libros esten encuadernados escribiré yo á Cañete sobre esto. Perdoneme Vd. tanta molestia.

Mucho deseo ver el artículo de Clarín sobre las poesias de Vd. ¿Qué escribe Vd. ahora?

Su discurso de Vd. para la Academia de la Historia me pareció tan bien que estoy deseando que Aureliano escriba la contestacion para que Vd. la lea, la publique y se luzca.

Mi mujer y mi chico Carlitos llegaron ayer bien de salud.

Adios. Conservese Vd. bien y creame su afmo. amigo

J . Valera

Como á Latino Coelho le he convidado á comer varias veces y nunca ha venido, como he ido á verle y no me paga las visitas, he tenido que desistir de visitarle. Será lo que llaman aquí muito exquisito y muito ratão; pero ya me cansé de aguantar sus exquisiteces.

Asi explico el no pedirle los Scriptores que Vd. desea. Ya los procuraré por otro camino.

No sólo por deseo y gusto mios, sino excitado tambien por mi mujer, le ruego que haga una escapatoria de 8 ó 10 dias y se venga á pasar la Semana Santa con nosotros. Hay para Vd. cuarto independiente en nuestra casa.

Pongo entre los libros Algo de todo porque, si ya no ha aparecido debe aparecer de un día á otro.

Ya encargué á Alvarez que envíe á la Academia 12 ejemplares de Algo de todo para que allí se repartan.

Mucho celebraría que los libros estuviesen encuadernados en todo este mes, á fin de que se le puedan entregar á la Infanta antes de que se vaya de Madrid y no sea menester enviarlos á Baviera.

 

Valera - Menéndez Pelayo, p. 148-150.

Notas