Buscar: en esta colección | en esta obra
Epistolario > Volumen 6 (Enero 1883 -... > Vol. 6 - carta 38

Datos del fragmento

Remitente PINTO DE CAMPOS Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 27 fevereiro 1883 Lugar Lisboa

Texto

Volumen 6 - carta nº 38

De PINTO DE CAMPOS
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Lisboa, 27 fevereiro 1883

Meu caro S. r D. n Menendez Pelayo: Já tenho mêdo de escrever a hispanhóis por que estes meus respeitaveis senhores não respondem a cartas de ninguem! Haja vista o que tem acontecido comigo, que escrevendo duas cartas ao Señr Cardenas, e uma déllas acompanhada da Vida de Sancta Theresa, até hoje não fui honrado com uma resposta de S. Ex.ª! Diz o nosso classico Padre Antonio Vieira que é tão natural o responder que até os montes respondem aos écos das nossas voces!

E' verdade que o meu Amigo Menendez Pelayo está fóra da excepcão, que no caso presente é regra geral; pois já uma vez me respondeu uma carta, a despeito de suas innumeras occupações, occupações que eu tambem as tenho, e agora mais que nunca, que emprehendi a tradução da Divina Comedia do Dante, a empresa litteraria mais ardua, que tenho commettido! Acho-me agora no 5.º Canto, que é um dos mais importantes pelo celebre episodio da infeliz Francisca de Rimini!

Pois bem: agora o meu objecto principal nésta carta é pedir ao meu caro am.º S. r Menendez Pelayo, que me dé noticias da pretenção do meu recomendado Conde de Samódais, que eu tanto desejo ver associado á Academia Hispanhola a que espero conseguir mediantes os seus esforços, e cooperação do dito Sñr. Cárdenas, pessoa que muito respeito. Responda-me pois, si posso ou não contar com bom resultado? Diz Marco Tullio Cicero que tres são as condições com que se devem fazer os favores: Cito (de pressa): jucunde (de boa cara, ou de boa vontade): Tuto (con toda a segurança) Qui potest capere, capiat diz o S. to Evangelho.

Sempre que estou com o nosso amigo Vizconde de Seabra, que de presente se acha aqui em Lisboa, falamos no [sic] nosso Am.º Men[en]dez Pelayo, de cujos talentos, e virtudes somos ambos admiradores.

Já sahiu o 3.º tomo das suas Heresias? E o opusculo das suas discussoes philosophico-religiosas? Mande-me alguma cousa désso pois sabe q. to aprecio os productos do seu ingenho, e adeus.

Por todo o mes de Maio espero em Deus passar p.ª Madrid, onde me demorarei uns 10 dias.

Creia-me sempre seu do coração Amigo

Mons. or Pinto de Campos

TRADUCCION

Mi querido señor Menéndez Pelayo: Ya tengo miedo de escribir a españoles, porque estos mis respetables señores no contestan a cartas de nadie! Según lo que a mí me sucede, que habiendo escrito dos cartas al Sr. Cárdenas, y una de ellas acompañada de la Vida de Santa Teresa, todavía no he sido honrado con una respuesta de su Excelencia! Dice nuestro clásico Padre Antonio Vieira que es tan natural el responder que hasta los montes responden a los ecos de nuestras voces!

Verdad es que mi amigo Menéndez Pelayo queda fuera de la excepción, que en este caso es regla general; pues ya una vez me contestó una carta a pesar de sus innumerables ocupaciones, ocupaciones que también yo tengo, y más que nunca ahora que he empezado la traducción de la Divina Comedia de Dante, la más ardua empresa literaria que he acometido. Me encuentro ahora en el canto 5.º, que es uno de los más, importantes por el célebre episodio de la infeliz Francisca de Rimini!

Pues bien, el objeto principal de esta carta es pedir a mi querido amigo el Sr. Menéndez Pelayo que me dé noticias de la pretensión de mi recomendado Conde de Samódais, a quien tanto deseo ver vinculado a la Academia Española, y que espero conseguir mediante sus esfuerzos, y la cooperación del dicho Sr. Cárdenas, persona a la que respeto mucho. Contésteme, pues, si puedo o no contar con un buen éxito. Dice Marco Tulio Cicerón que son tres las condiciones con que se deben hacer los favores: Cito (de prisa); jucunde (de buena gana, o con buena voluntad): Tuto (con toda seguridad). «Quien puede entender, que entienda», dice el Santo Evangelio.

Siempre que estoy con nuestro amigo el Vizconde de Seabra, que ahora está aquí en Lisboa, hablamos de nuestro amigo Menéndez Pelayo, de cuyos talentos y virtudes somos ambos admiradores.

¿Salió ya el tercer tomo de sus Herejías? ¿Y el opúsculo de sus discusiones filosófico-religiosas? Mándeme algo de ello, pues ya sabe cuánto aprecio los productos de su ingenio, y adiós.

Dentro del mes de Mayo espero en Dios poder ir a Madrid, donde permaneceré unos diez días.

Créame siempre su cordial amigo,

Mons. Pinto de Campos

 

Notas