Volumen 4 - carta nº 42

De MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO
A GUMERSINDO LAVERDE

Madrid, 22 septiembre 1879

Mi carísimo amigo: Recibí tu grata del 14, al día siguiente de mi llegada á ésta. Te dirijo la contestacion á Santiago porque supongo que ya habrás vuelto ó estarás para volver á aquella ciudad.

Emilia Pardo Bazán me escribió una carta muy atenta, remitiéndome un número de la Revue Scientifique en que viene un artículo sobre Servét como descubridor de la circulacion de la sangre. Contestéle agradecido y por el correo de ayer le envíe un ej. de mis versos. Supongo que me mandará en cambio su estudio acerca del P. Feijóo.

Ván ya impresas unas 240 pp. del 1. ^er tomo herético . Ya están con las cosas de Elipando y Félix.

Supongo que esté ya agotado el Horacio en España fuera de 30 ejemplares que tengo en Santander. Pensaré en reimprimirle, así que esté terminada la Ciencia Española .

Tengo alguna esperanza de ver reimpresa la Antoniana Margarita , aunque tendré que cargar con el pesado trabajo de ponerla en nuestra lengua. Fabié me ha prometido hablar á Toreno para que éste subvencione la publicacion por cuenta del Ministerio de Fomento.

He adquirido estos días la Biblioteca de Rezabal, que hasta ahora no había examinado de espácio. Tiene muchas noticias sobre Cardillo de Villalpando, Domingo de Soto y otros pensadores nuestros.

Tambien ha venido á mis manos la ed. que de la Retórica de Vosio hizo Cerdá con tres largos apéndices de su cosecha, que pueden coniderarse como otras tantas monografías bibliográficas: una sobre los principales retóricos españoles, otra sobre nuestros mejores humanistas, y la tercera sobre los más notables prosistas castellanos. La primera es útil para la historia de la Estética.

Otro día te copiaré la oda á los náufragos, que aun quiero pulir y asear un poco más.

Con gusto haré la biografía de mi tío, pero necesito examinar antes los mss. que dejó: entre los cuales hay dos ó tres novelas marítimas (género Fenimore Cooper) y varios ensayos dramáticos. Yo tengo algunos versos líricos suyos, dignos de conservarse.

Tuyo siempre apasionado

Marcelino