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Epistolario > Volumen 2 (Abril 1876 -... > Vol. 2 - carta 92

Datos del fragmento

Remitente CASIMIRO COLLADO. (A Santander) Destinatario MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO Fecha 15 octubre 1876 Lugar Méjico

Texto

Volumen 2 - carta nº 92

De CASIMIRO COLLADO. (A Santander)
A MARCELINO MENÉNDEZ PELAYO

Méjico, 15 octubre 1876

Muy Sr. mio, de todo mi aprecio: Antes que su gratísima carta del 8 de Julio, llegó á mis manos el tomo primero de sus «Estudios sobre escritores montañeses» que leí, mejor dicho, devoré con tanta curiosidad como complacencia. Aparte de la escojida erudición y sagaz crítica que campean en la monografia de nuestro ilustre paisano D. Telesforo de Trueba y Cosio; a mas del gallardo y elegante estilo en que está hablada, he hallado en este interesante libro datos y noticias para mi enteramente nuevos y por extremo agradables; entre otros, lo relativo á las poesias francesas del hermano de nuestro autor, que me parecen notables por mas de un concepto.

Esta obra es para mi un regalo tanto mas precioso, cuanto que era inesperado; por él tributo á V. las mas rendidas gracias, y acepto su promesa de mandarme los subsecuentes. No ciertamente por lo que pueda favorecerme esa publicacion me atrevo á estimularle en el propósito de continuarla; sino porque reune mérito y oportunidad; y porque aun cuando interese mas singularmente á nuestra amada provincia, debe llamar justamente la atencion en lo demás de España.

Pocos montañeses hay por aqui aficionados á las letras; pero así y todo, me propongo solicitar suscriptores entre ellos; y nada me será tan lisonjero como poder pedir á U. algun número de ejemplares. Si no lo consigo, crea U. que no será por falta de diligencia.

Viniendo ahora á la carta con que me favorece y á su todavia mas honroso propósito de incluir algo mio en esa galeria de escritores, si no fuera por el compromiso que ya tiene U. contraido con el público, le rogaria que desistiese de ello: y vá la razon.

Dedicado al comercio y á la industria desde poco despues de 1838 en que vine á Méjico, abandoné por necesidad casi completamente los estudios literarios de mi primera juventud, y no puedo considerarme como literato, por mas que ciertos caprichos de la suerte me hayan dado alguna fama de tal; y si en breves ratos de ocio escribí (¡mal pecado! como decia nuestro Mariana) en mas de cuatro periódicos ó eché por estos mundos de Dios algunos versos, no por eso aspiré al lauro de lírico poeta ni creí pasar de la calamitosa caterva de aficionados . Pero en fin, U. lo desea y lo ha ofrecido en letras de molde; en ello me favorece sobre manera, y debo coadyuvar á que salga lo ménos deslucido, en aquella parte de su patriótica empresa que se relaciona con mis escritos.

De los de crítica teatral, costrumbres y aun de vária polémica que aparecieron desde 1841 á 1847 en diferentes periódicos literarios y políticos de aquellos felices tiempos, han desaparecido muchos ó casi todos con los mismos periódicos en que se dieron á luz, de que no tengo colecciones y de que pocos ó ninguno las forman ó conservan. Pertenecen al género de literatura fugaz y de combate, que no tiene ni acaso merece existencia mas larga que la de la efímera. Seria ocioso solicitarlos y vale más dejarlos en el olvido. Lo propio diré de alguna obrilla original ó traducida que tuvieron mediana fortuna en estos teatros.

Algunas de mis poesias, las no insertadas en el Apuntador, el Museo, el Ateneo, el Liceo y otros á cuya redaccion colaboré, corrieron igual suerte; pero correjí las publicadas en estos diarios de literatura, y reuniéndolas con algunas posteriores, formé la edición privada de 1868 que U. conoce y de que tendré la satisfaccion de enviarle un ejemplar proximamente, por conducto seguro. Despues de ella publiqué ó escribí algo en verso, acaso menos incorrecto que lo contenido en mi tomo, y de que por ventura podrá U. sacar algun provecho. Una parte anda dispersa en varios periódicos; otra está inédita, y de todo voy á reunir lo menos malo para enviárselo á U. por uno de los próximos vapores franceses. De ésto y del tomo publicado elija su indulgencia lo que estime regular: de lo demás haga U. punto omiso, y en ello ganaremos todos.

Respecto á datos biográficos, tengo que suministrárselos tan cortos como insignificantes.

Nací en ese puerto en 4 de Marzo de 1821 ó 1822: las dos fées de bautismo que aquí tengo, difieren en cuanto al año; sin dudar por error de copia. Hice mi primera educacion en un buen colejio establecido en una casa de los Arcos de Acha , en esa ciudad; y de allí pasé al Valle de Liendo, dónde aprendí latin y retórica bajo la direccion del sabio párroco de aquel pueblo, D. Claudio Manuel de la Piedra. Cursé despues filosofia tres años en el Colejio de Villa Carriedo, y concluidos estos estudios, tratóse ó de enviarme á Burgos y emprender los teológicos, ó de mandarme á Valladolid para seguir la carrera del foro, que era la profesion de mi buen padre, hoy todavia no olvidado en Santander. A uno y otro proyecto se opuso la guerra civil; y para huir de las quintas, se resolvió despacharme á Méjico donde tenia mi familia materna relaciones y parientes. La solita storia , como dicen en Italia; Santo Thomas y Thémis cedieron el paso á Mercurio, y despues de cursar el tiempo suficiente en la escuela comercial del Consulado y de practicar en un escritorio, me embarqué como tantos cientos y tantos miles de montañeses, demandando á la América una posicion ó una fortuna. Gracias á Dios y á mi conducta, no puedo decir de mí lo que en mis versos á Liendo dije respecto de infinitos españoles emigrados á estas regiones:

¡Cuánta lúgubre historia!
¡Cuánto mártir sin nombre!...

Con escepcion de algunas veleidades intermitentes sobre estudios jurídicos, á que me sentia inclinado, pero cuya prosecucion no era compatible con mis quehaceres, y de más formales estudios en lenguas vivas indispensables hoy para el comercio, mi vida toda ha transcurrido en los trabajos y luchas de esta profesion ó de la industria, amenizándola tal cual vez los ocios periodísticos y literarios de que hablé antes, y que hasta cierto punto me eran obligatorios por haberme distinguido con su eleccion la Academia de S. Juan de Letran, el Ateneo y algunas otras corporaciones literarias de Méjico.

En esta república he permanecido 38 años sin ausentarme más que dos, en que con la prisa usual en los viajeros del día, recorrí una buena parte de nuestra España y otra no escasa de los Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania é Italia.

Olvidábame de lo mejor. La Real Academia Española me sorprendió y honró nombrándome, no sé por influjo de qué amigo madrileño, sócio de esta su correspondiente mejicana. Mala elección: ya se atienda á la exigüidad de mis conocimientos filológicos ya á la multiplicidad de mis ocupaciones, ya, por último, á mi quebrantada salud. Mas una vez nombrado, no debí rehusar, y me propuse corresponder á tamaña distincion cooperando activa y eficazmente á la instalacion de esta Academia. Creo haber contribuido á ello más que otro, y esto me complace; pues espero buenos frutos de esta asociación. Ya verá U. el principio de ellos por el cuaderno que por este mismo correo me tomo la libertad de dirijirle.

Veame U. pues, al cabo de mis 55 años, obligado á recordar mis juveniles estudios gramaticales: yo, que en un tercio de siglo, no he cursado mas gramática que la parda constreñido por la necesidad, aqui muy comun, de defenderse contra tanto catedrático de malas artes.

Por vez primera me he ocupado tan largamente en las insignificancias de mi vida, non male acta quizás en lo concerciente á mi profesión y á mis deberes para con esta sociedad ó para con mi familia; pero oscura y humilde en cuanto atañe á lo literario. Bien hubiera querido dedicarme a este empleo con entera asiduidad y aun á riesgo de un fracaso, porque recuerdo el dístico de un conocido poeta inglés:

«Of all those arts in which wise men excel
«Nature's chief master piece is writing well;»

pero colocado por la suerte en posicion y necesidad mas prosáicas, he tenido que limitarme, como dije mas arriba, á la triste categoria de aficionado .

Sírvase U. trasmitir mis afectuosos recuerdos al mutuo amigo Pereda, y no dude de la sinceridad con que lo soy de U. desde ahora y para siempre, deseando que disponga de mí como de su más atento y seguro servidor que B.S.M.

C. Collado

Adjunto [*] una elegía que para la corona fúnebre de Garcia Tassara me pidió D. Fermin de la Puente y Apecechea. Cuando llegó á Madrid, éste habia muerto, y no sé que sucedió con la elegía ni con la corona proyectada.

 

Notas

[*] La letra de esta postdata es diferente de la de la carta.