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Datos del fragmento

Texto

Comentarios.

I. SÁNCHEZ DE LAS BROZAS, Francisco.—Siglo XVI.

El Marqués de Morante poseyó y cita en su catálogo (número 8.771) un ejemplar del Estacio de Venecia, 1483, per Octavianum Scotum.

«Ejemplar magnífico y precioso, por tener en sus márgenes notas originales del Brocense, escritas con su hermosa y gallarda letra.»

II. ALVARADO Y ALVEAR, Sebastián de.—Pamplona, 1628.

«Si pareciere mal este parto primero, ofrezco segundo con ropaje latino sobre la galante Aquileida del valiente Estacio, poeta segundo entre latinos épicos, cuyo grandioso texto podrá aliviarte enfados que mis pobres reparos te causaren.»

Así Sebastián de Alvarado y Alvear en el prólogo Al curioso lector de su Heroida Ovidiana. (Burdeos-Pamplona, 1628.)

Traducciones.

III. MATEU.—Burgos, 1849.

«Un tal Mateu, según notas del señor Ripoll, tradujo la Aquileida de Estacio.»

Así se lee esta descarnada noticia en el Suplemento del Canónigo Corminas al Diccionario de escritores catalanes de Torres Amat. (Burgos, 1849, p. 173.)

Traducciones ocasionales.

IV. CASCALES, Licdo. Francisco.—Murcia, 1634.

En la epístola primera, tercera década de las Cartas Philologicas traduce seis versos del epitalamio de Stella y Violantilla (Sylv, lib. I, s. 2), comenzando por el que dice:

Ergo age, junge thros atque otia deme juventae...
[p. 333] Cásate, acaba ya: el ocioso lazo
Suelta a tu juventud verde y florida.
¿Qué gentes y qué almas no he ligado
A mis coyundas yo? ¿Qué grey de fieras
Libre está de mi yugo? Al mismo cielo
Le caso con la tierra, cuando en agua
Copiosas rompen las espesas nubes;
Con este casamiento se renueva
La edad del mundo y orden de las cosas.

En la misma epístola que es una instrucción para las doncellas que han de ser casadas, cita con mucho elogio otros versos de Estacio.

¡Qué bien pintó este pensamiento Stacio Papinio en el libro III de las Silvas, hablando con Claudia su mujer:

Quid mihi moesta die, sociis quid noctibus uxor
Anxia pervigili ducis suspiria cura?
Non metuo, ne laesa fides, aut pectore in isto
Alter amor, nullis in te datur ire sagittis.
Audiat infesto licet haec Rhamnusia vultu,
Non datur, et si egomet patrio de littore raptus
Quattuor emensis per bella, per aequora lustris
Errarem; tu mille procos intacta fugares,
Non intertextas commenta retexere telas,
Sed sine fraude palam thalamosque armata negasses.

«Léase toda la carta, que toda es un retrato de perfectos casados.»

V. PÉREZ RAMÍREZ, Antonio.—Valladolid, 1698.

Sylv., lib. 4, sylv. 4.

.......................... Nostra fatiscit,
Laxaturque chelys; vires instigat, alitque
Tempestiva quies; maior post otia virtus;
Talis, cantata Briseide, venit Achilles
Acrior, et positis, erupit in Hectora, plectris.
El ocio no se excusa;
Nuestro violín descansa, y nuestra musa,
Porque en su tiempo el ocio
Añade más valor para el negocio:
[p. 334] Volvió más esforzado
A Troya Achiles, cuando enamorado
Dexó el dulce reposo
De Briseis, empuñando más brioso
En vez del plectro, la robusta lanza,
En quien rendir a Héctor afianza.
Armas contra Fortuna, 401-402.

VI ANÓNIMO.—Madrid, 1781.

En El Censor, discurso XXXIV (1781), P. 531.

Magnus te manet ordo seculorum,
Natis longior, ab nepotibusque,
Annos perpetua geres juventa,
Quos fertur placidos obisse Nestor,
Quos Tithonia computat senectus.
(Silv., lib. 4.)
Larga serie de siglos, feliz Niño,
Te espera que vivir, que dilatada
A las generaciones más remotas
Alcanzará, y en juventud lozana
Los años que Nestor vivió, felices
Vivirás, con los que la avanzada
Senectud de Tithón cuenta....

Imitaciones.

VII. MONTES DE OCA Y OBREGÓN, Ignacio.—México, 1878.

Ocios Poéticos.. México, 1878, pp. 249-252.

Ocios Poéticos, segunda edición. Madrid, 1896, pp. 51-52.

A Estacio al leer su Psittacus Melioris (Sylv. lib. II, carm. IV).

JUGUETE ANACREÓNTICO
   Cantó el divino Homero
La cólera de Aquiles;
De Eneas las hazañas
El Mantüano cisne:
   Los Olímpicos juegos
A Píndaro sublime,
[p. 335] Y a Ovidio sus amores
Dieron renombre insigne:
   Y tú, sin par Estacio,
Más que todos felice,
Famoso eternamente
Tu claro nombre hiciste,
   Del papagayo hermoso
Que alegró los convites
De Melïor, cantando
La pérdida sensible.
   ¿Qué valen, comparadas
Con esos versos tristes,
Las fïeras descripciones
De batallas horribles?
   ¿Qué los ruidosos cantos
De bailes y festines,
Y las amargas quejas
De amantes infelices?
   Las antiguas coronas
Con que su frente ciñen,
Depongan los cantores
De Eneas y de Ulises.
   Orna tu sien con ellas;
Tú que cantaste triste
De un verde papagayo
La pérdida sensible.

Notas