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Obras completas de Menéndez... > BIBLIOTECA DE TRADUCTORES... > IV : (OLIVER-VIVES) > POU, BARTOLOMÉ, S. J.

Datos del fragmento

Texto

[p. 82]

Reservamos el artículo de este doctísimo varón para la Biblioteca Greco Hispana, donde ocupará preferente lugar como intérprete de Herodoto y Demetrio Falereo. Ahora baste decir que nació en la villa de Algayda (isla de Mallorca), en 22 de junio de 1727; que a los diecinueve años entró en la Compañía de Jesús; que enseñó Griego, Retórica y Filosofía en Cervera, Calatayud y Tarragona; que siguiendo la suerte común de los de su Orden en 1767 fué deportado a Italia, fijando su residencia en Bolonia, en cuya Universidad ejerció el cargo de rector; que vivió después en Roma bajo el patrocinio de su paisano el cardenal Despuig y Dameto, dedicándose siempre a trabajos de educación y enseñanza; que habiendo regresado a su villa natal en 1798, durante el breve período en que los jesuítas volvieron a ser tolerados en España, murió en el mismo pueblo de Algayda en que había nacido, el 17 de abril de 1802. El catálogo de sus obras se insertará en la ya citada Biblioteca Griega.

Se ignora el paradero de esta versión, que sin duda no llegó a imprimirse.

Santander, 8 de agosto de 1876.
Adición

Para ordenar el artículo de este varón egregio, hemos tenido a la vista la Biblioteca Mallorquina de Bover, la de AA. [p. 83] Catalanes de Torres Amat, las bibliografías jesuíticas de Prat de Sabá, Diosdado Caballero y los PP. Backer, y la vida del P. Pou, publicada al frente de su Herodoto en 1846.

El P. Bartolomé Pou nació el 21 de junio de 1727 en Algayda, pueblo de la isla de Mallorca. Hijo de unos pobres labradores, el talento que mostró desde sus primeros años hubo de llamar la atención del canónigo de Palma D. Antonio Sequi, que le halló en cierta ocasión sosteniendo con una mano la reja del arado y con la otra la Gramática Latina de Semper. Cursó latinidad y filosofía en el colegio de Monte-Sión, dirigido por los jesuítas de Palma. y en 25 de junio de 1746, a los diecinueve de su edad, vistió la sotana de jesuíta en el noviciado de Tarragona, donde continuó sus estudios humanísticos y dedicóse más tarde a la Teología y lenguas sabias. Sobresalió en ellas tanto que pronto le destinaron sus superiores a la cátedra de Griego en la Universidad de Zaragoza, cátedra que desempeñó con no pequeño aplauso, extendiendo en Aragón el amor a la lengua y literatura helénicas. Por encargo de sus superiores redactó un plan de reforma para los colegios de latinidad en aquella provincia. Antes había enseñado Retórica en Tarragona, Filosofía en Calatayud y griego en Cervera.

Fué deportado a Italia con sus compañeros en 1767; allí brilló por su erudición helenística, ocupando la cátedra de lengua griega en el colegio mayor de San Clemente de Bolonia. El Cardenal Despuig y Dameto formó en Roma, con su ayuda y consejo, el famoso museo de antigüedades que aun se conserva en la isla de Mallorca. En 1797, cuando se autorizó a los jesuítas para volver a España, habida consideración a la guerra que entonces ardía en la península itálica, Pou regresó a su isla natal, donde vivió tranquilamente, residiendo ora en Palma, ora en Algayda, el resto de sus días, que fueron ya harto breves, pues falleció en el pueblecillo que le había dado cuna, el 17 de abril de 1802, a los setenta y cuatro años de su edad.

Tenemos a este sabio jesuíta por una de las primeras glorias de nuestra patria en el siglo XVIII, por más que la fama se haya mostrado con él harto ingrata. Sus obras son de pocos conocidas y puede afirmarse, no obstante, que compiten no desventajosamente con las de Andrés, Hervás y Panduro, Lampillas, Masdeu, [p. 84] Eximeno y otras lumbreras jesuíticas. Su traducción de Herodoto es la mejor que de prosistas griegos posee nuestra lengua.

Escribió el P. Pou los libros siguientes:

Theses Bilbilitanae seu Institutionum historiae philosophicae libri duodecim. Bilbili, 1763. Excelente compendio, escrito en elegantísimo latín, rico de erudición y de doctrina.

Entretenimientos retóricos y poéticos en la Academia de Cervera. Cervera, 1756. Contiene dos discursos latinos, otro greco-latino y una tragedia latina titulada Hispania Capta. No hemos visto este libro.

Venerabilis Berchmanni Vita. Beatae Catherinae Thomae Vita. Fueron escritas y publicadas en Roma. No han llegado a nuestras manos. Según afirman los biógrafos del P. Pou, están escritas en latín elegantísimo.

Vida de la Beata Catalina Tomás. Ms. Traducción castellana de la obra anterior hecha por el mismo autor.

Apología de la Compañía de Jesús conservada en la Rusia Blanca. Amsterdam. En la portada de esta obra, que no hemos examinado, suena como autor Ignacio Filareto, pseudónimo del P. Pou, que juzgó conveniente no descubrir su nombre en esta publicación.

Dos libros a la memoria de Laura Bassa, de la Academia de Florencia. Obra escrita en latín y en griego.

Specimen o catálogo latino de las traducciones castellanas de autores griegos y latinos, sagrados y profanos. Ignoramos el paradero de este ms., que tal vez nos hubiera ayudado mucho en la formación de la presente Biblioteca.

Oración latina al nacimiento de los dos hijos gemelos de Carlos IV. Ms.

Alivio de Párrocos. Compendio de Lógica. Estos dos opúsculos castellanos quedaron inéditos.

Numerosas cartas literarias en diversos idiomas, dirigidas a sabios y discretos amigos suyos.

Traducciones

Los Nueve Libros | de la Historia | de | Herodoto de Halicarnaso, | traducida del griego al castellano | por el P. Bartolomé Pou, [p. 85] Jesuíta. | Madrid, | Imprenta de la Sociedad de Operarios del mismo Arte, | calle del Factor, núm. 9. | 1846. Dos tomos 4.º, el primero de 405 pp., + XIII de preliminares; el segundo, de 390. La edición no es tan esmerada como fuera de apetecer, dado el mérito e importancia de la obra.

El primer volumen contiene además de una advertencia del editor y una noticia biográfica del P. Pou, un prologo de éste en que narra la vida de Herodoto, ajustándose a la de Pedro Weselingio, hace en breves términos un elogio, nota sus defectos y forma luego el catálogo de los principales mss. y ediciones de este autor.

El primer objeto de Pou fué colocar el texto griego de Herodoto al frente de su versión, y entregarla así en Parma a las célebres prensas de Bodoni, pero hubo de desistir de su intento por la prohibición de introducir en España libros impresos en el extranjero. El discípulo de Pou que cuidó de la edición del ms. de su maestro hecha en 1846 no puso al frente dicho texto, y aun así es de agradecer su diligencia.

Parece que la fatalidad había perseguido hasta entonces a la versión del P. Pou, que no llegó a imprimirse en sus días por un concurso de fatales circunstancias, a pesar de haber merecido el autor una pensión de parte del mismo Gobierno que extrañó de su patria a los jesuítas.

La versión del P. Pou es completa y en cuanto a fidelidad, exactitud y elegancia puede rivalizar con las mejores extranjeras. El texto está bien entendido, fuera de tal cual interpretación más o menos dudosa; el estilo es claro, ameno y apacible, acercándose en lo posible a la inimitable sencillez y pureza de Herodoto; el lenguaje correcto y castizo, sin afectación ni esfuerzo, sin la flojedad, monotonía y desmadejamiento que afea las versiones de Ranz Romanillos, Ruy Bamba y otros notables helenistas, de sobra apegados a la letra del texto que interpretan. El trabajo de nuestro jesuíta va acompañado de abundantes y curiosas notas que aclaran en breves términos las dificultades del original, sin abrumar al lector con el fárrago de varias interpretaciones y erudición impertinente común en expositores y comentaristas. Los oráculos que intercala Herodoto en su relato se leen en verso castellano en la traducción de Pou, que se muestra en ellos fácil metrificador y no despreciable poeta.

[p. 86] El primer tomo de esta traducción comprende los cuatro primeros libros: Clío, Euterpe, Talía y Melpómene. En el segundo, van los cinco restantes, desde Terpsícore a Caliope. Tradujo además el P. Pou y dejó ms. los dos tratados siguientes:

El Sublime o más bien Lo Sublime de Longino. Cítala él mismo en una nota al libro segundo de Herodoto y advierte que dejó el manuscrito en Tarragona al tiempo de la expulsión.

Demetrio Falereo, De la Elocución. Corrió igual desdicha que la obra anterior.

Santander, 2 de marzo de 1876.

Notas