Caballero riojano, que estuvo avecindado en Valladolid durante los últimos años del reinado de Fernando VII. Publicó:
Poesías| del Doctor| D. Ángel Casimiro Govantes.| Dedicadas| a sus amigos| Madrid. 1815.| Imprenta de D. Leonardo Núñez.| Con licencia . Un cuaderno en 8.º de 73 páginas.
Contiene nueve odas originales, una elegía mística titulada El Pecador y algunas fábulas y cuentos satíricos, todo ello de corto mérito en los pensamientos y flojamente versificado. Se leen además traducidas dos odas de Horacio y una fábula de Fedro. Aunque estas versiones tienen valor muy escaso, las pongo a continuación como objeto de curiosidad bibliográfica.
TRADUCCION DE LA ODA 13. DEL LIBRO III DE HORACIO
hecha con la mayor concisión, en las mismas cuatro estrofas en que está en Horacio, advirtiendo que igualmente en éste no se concluye la oración del último verso de la primera estrofa, sino que prosigue a la segunda. (Todo este preludio es del autor.)
[p. 175] A LA FUENTE DE BLANDUSIA EN LA SABINA
¡Oh fuente cristalina,
Y más aún que cristal hermosa y clara!
De dulce vino dina;
Honor y gloria de Blandusia, en tu ara
Con flores un cabrito
Mañana te pondré; no su chiquito
Cuerno la frente ofrece
Por Venus a pelear; tu arroyo helado
Verás tal que enrojece
Volviéndole purpúreo de argentado
La prole retozona
De la lasciva casta y muy barbona.
Cuando todo ha encendido
La canícula atroz, en ti no toca,
Y fresco apetecido
En ti halla el buey, a quien arar sofoca,
Con la calor, sabroso
Frío el rebaño errante en su reposo.
Tú la más noble fuente
Serás de todas, si mi voz alzando
Cantaré a la valiente
Encina que al peñasco va trepando,
De donde las ligeras
Aguas tuyas proceden muy parleras
ODA 12 DEL LIBRO IV DE HORACIO
CONVITE FESTIVO A VIRGILIO MIRÓPOLA
(esto es, vendedor de perfumes , desatino de los comentadores antiguos).
Pena da ver destrozar de este modo dos de las más delicadas anacreónticas de Horacio. La traducción de Fedro es como sigue:
FÁBULA SEXTA DEL LIBRO PRIMERO
De un ladrón su convecino
La gran boda viendo Esopo,
Como quien nada decía
Aquesto dijo a lo tonto:
Queriendo un día casarse
El señor sol, deseoso
Sin duda de unir los cuernos
A sus rayos luminosos: [1]
Las ranas, todo asombradas [2]
Mil plegarias al gran trono
De Júpiter dirigían
Con clamores pavorosos.
Tanto ruido movería
Al más atapiado sordo,
Cuanto más a un Dios atento
A cuidar del mundo todo.
En efecto las oyó
Y dijo: ¿qué os mueve, hongos,
Habitantes de pantanos
A clamores tan rabiosos?»
«Señor, si un sol es bastante
Para secar nuestros pozos:
¿Qué será, guay de nosotras,
Si se casa y nacen otros?»
[p. 177] Epigrama de D. José Nogueira, bibliotecario de Santiago, para una imagen de Jesús Nazareno
Qui solus vita est, vivunt cui caetera, durum
Pertur ad excitium captus amore mei.
Traducción de Govantes
¡Que el grande autor de la vida,
Que el venero del vivir,
Que la misma vida herida
De mi amor vaya a morir!
Fábulas, Cuentos y Alegorías Morales. Madrid, 1833, imprenta de Aguado . No sabemos que en esta colección halla nada traducido.
Santander, 25 de julio de 1875.