The Roman Empire was the post-Republican period of ancient Rome. As a polity it included large territorial holdings around the Mediterranean Sea in Europe, Northern Africa, and Western Asia ruled by emperors. From the accession of Caesar Augustus to the military anarchy of the third century, it was a principate with Italy as metropole of the provinces and the city of Rome as sole capital (27 BC - 286 AD). Although fragmented briefly during the military crisis, the empire was forcibly reassembled, then ruled by multiple emperors who shared rule over the Western Roman Empire (based in Milan and later in Ravenna) and over the Eastern Roman Empire (based in Nicomedia and later in Constantinople). Rome remained the nominal capital of both parts until 476 AD, when the imperial insignia were sent to Constantinople, following the capture of Ravenna by the barbarians of Odoacer and the subsequent deposition of Romulus Augustus. The fall of the Western Roman Empire to Germanic kings, along with the hellenization of the Eastern Roman Empire into the Byzantine Empire, conventionally marks the end of Ancient Rome and the beginning of the Middle Ages. The predecessor state of the Roman Empire, the Roman Republic (which had replaced Rome's monarchy in the 6th century BC) became severely destabilized in a series of civil wars and political conflicts. In the mid-1st century BC Julius Caesar was appointed as perpetual dictator and then assassinated in 44 BC. Civil wars and proscriptions continued, culminating in the victory of Octavian, Caesar's adopted son, over Mark Antony and Cleopatra at the Battle of Actium in 31 BC. The following year Octavian conquered Ptolemaic Egypt, ending the Hellenistic period that had begun with the conquests of Alexander the Great of Macedon in the 4th century BC. Octavian's power then became unassailable, and in 27 BC the Roman Senate formally granted him overarching power and the new title Augustus, effectively making him the first Roman emperor. The first two centuries of the Empire saw a period of unprecedented stability and prosperity known as the Pax Romana (Roman Peace). Rome reached its greatest territorial expanse during the reign of Trajan (98-117 AD). A period of increasing trouble and decline began with the reign of Commodus (177-192). In the 3rd century the Empire underwent a crisis that threatened its existence, as the Gallic Empire and Palmyrene Empire broke away from the Roman state, and a series of short-lived emperors, often from the legions, led the empire. The empire was reunified under Aurelian (r. 270-275). In an effort to stabilize it, Diocletian set up two different imperial courts in the Greek East and Latin West in 286. Christians rose to positions of power in the fourth century following the Edict of Milan of 313. Shortly after, the Migration Period, involving large invasions by Germanic peoples and by the Huns of Attila, led to the decline of the Western Roman Empire. With the fall of Ravenna to the Germanic Herulians and the deposition of Romulus Augustulus in 476 AD by Odoacer, the Western Roman Empire finally collapsed - the (Eastern Roman) Emperor Zeno formally abolished it in 480 AD. Nonetheless, some states in the territories of the former Western Roman Empire would later claim to have inherited the supreme power of the emperors of Rome, most notably the Holy Roman Empire. The Eastern Roman Empire, usually described by modern historians as the Byzantine Empire, survived for another millennium until it collapsed when Constantinople fell to the Ottoman Turks of Sultan Mehmed II in 1453. Due to the Roman Empire's vast extent and long endurance, the institutions and culture of Rome had a profound and lasting influence on the development of language, religion, art, architecture, philosophy, law, and forms of government in the territory it governed, and far beyond. The Latin language of the Romans evolved into the Romance languages of the medieval and modern world, while Medieval Greek became the language of the Eastern Roman Empire. The Empire's adoption of Christianity led to the formation of medieval Christendom. Greek and Roman art had a profound impact on the Italian Renaissance. Rome's architectural tradition served as the basis for Romanesque, Renaissance and Neoclassical architecture, and also had a strong influence on Islamic architecture. The corpus of Roman law has its descendants in many legal systems of the world today, such as the Napoleonic Code, while Rome's republican institutions have left an enduring legacy, influencing the Italian city-state republics of the medieval period, as well as the early United States and other modern democratic republics.
El Imperio romano (en latín: Imperium Romanum, Senatus Populusque Romanus o Res publica populi romani) fue el tercer periodo de civilización romana en la Antigüedad clásica, posterior a la República romana y caracterizado por una forma de gobierno autocrática. El nacimiento del Imperio viene precedido por la expansión de su capital, Roma, que extendió su control en torno al mar Mediterráneo. Bajo la etapa imperial los dominios de Roma siguieron aumentando hasta llegar a su máxima extensión durante el reinado de Trajano, momento en que abarcaba desde el océano Atlántico al oeste hasta las orillas del mar Caspio, el mar Rojo y el golfo Pérsico al este, y desde el desierto del Sahara al sur hasta las tierras boscosas a orillas de los ríos Rin y Danubio y la frontera con Caledonia al norte. Su superficie máxima estimada sería de unos 6,5 millones de km². El término es la traducción de la expresión latina \"Imperium Romanum\", que significa literalmente \"El dominio de los romanos\". Polibio fue uno de los primeros hombres en documentar la expansión de Roma aún como República.Durante los casi tres siglos anteriores al gobierno del primer emperador, César Augusto, Roma había adquirido mediante numerosos conflictos bélicos grandes extensiones de territorio que fueron divididas en provincias gobernadas directamente por propretores y procónsules, elegidos anualmente por sorteo entre los senadores que habían sido pretores o cónsules el año anterior. Durante la etapa republicana de Roma su principal competidora fue la ciudad púnica de Cartago, cuya expansión por la cuenca sur y oeste del Mediterráneo occidental rivalizaba con la de Roma y que tras las tres guerras púnicas se convirtió en la primera gran víctima de la República. Las guerras púnicas llevaron a Roma a salir de sus fronteras naturales en la península itálica y a adquirir poco a poco nuevos dominios que debía administrar, como Sicilia, Cerdeña, Córcega, Hispania, Iliria, etc. Los dominios de Roma se hicieron tan extensos que pronto fueron difícilmente gobernables por un Senado incapaz de moverse de la capital ni de tomar decisiones con rapidez. Asimismo, un ejército creciente reveló la importancia que tenía poseer la autoridad sobre las tropas para obtener réditos políticos. Así fue como surgieron personajes ambiciosos cuyo objetivo principal era el poder. Este fue el caso de Julio César, quien no solo amplió los dominios de Roma conquistando la Galia, sino que desafió la autoridad del Senado romano. El Imperio romano como sistema político surgió tras las guerras civiles que siguieron a la muerte de Julio César, en los momentos finales de la República romana. Tras la guerra civil que lo enfrentó a Pompeyo y al Senado, César se había erigido en mandatario absoluto de Roma y se había hecho nombrar Dictator perpetuus (dictador vitalicio). Tal osadía no agradó a los miembros más conservadores del Senado romano, que conspiraron contra él y lo asesinaron durante los Idus de marzo dentro del propio Senado, lo que suponía el restablecimiento de la República, cuyo retorno, sin embargo, sería efímero. El precedente no pasó desapercibido para el joven hijo adoptivo de César, Octavio, quien se convirtió años más tarde en el primer emperador de Roma, tras derrotar en el campo de batalla, primero a los asesinos de César, y más tarde a su antiguo aliado, Marco Antonio, unido a la reina Cleopatra VII de Egipto en una ambiciosa alianza para conquistar Roma. A su regreso triunfal de Egipto, convertido desde ese momento en provincia romana, la implantación del sistema político imperial sobre los dominios de Roma deviene imparable, aún manteniendo las formas republicanas. Augusto aseguró el poder imperial con importantes reformas y una unidad política y cultural (civilización grecorromana) centrada en los países mediterráneos, que mantendrían su vigencia hasta la llegada de Diocleciano, quien trató de salvar un Imperio que caía hacia el abismo. Fue este último quien, por primera vez, dividió el vasto Imperio para facilitar su gestión. El Imperio se volvió a unir y a separar en diversas ocasiones siguiendo el ritmo de guerras civiles, usurpadores y repartos entre herederos al trono hasta que, a la muerte de Teodosio I el Grande en el año 395, quedó definitivamente dividido. En el inmenso territorio del Imperio Romano se fundaron muchas de las grandes e importantes ciudades de la actual Europa Occidental, el norte de África, Anatolia, el Levante. Ejemplos son: París (Lutecia), Estambul (Constantinopla), Vienna (Vindobona), Barcelona (Barcino), Zaragoza (Caesaraugusta), Mérida (Augusta Emerita), Milán (Mediolanum), Londres, (Londinium), Colchester (Camulodunum) o Lyon (Lugdunum) entre otros. Finalmente en 476 el hérulo Odoacro depuso al último emperador de Occidente, Rómulo Augústulo. El Senado envió las insignias imperiales a Constantinopla, la capital de Oriente, formalizándose así la capitulación del Imperio de Occidente. El Imperio romano oriental proseguiría casi un milenio en pie como el Imperio romano (aunque usualmente se use el moderno nombre historiográfico de Imperio bizantino), hasta que en 1453 Constantinopla cayó bajo el poder del Imperio otomano. El legado de Roma fue inmenso; tanto es así que varios fueron los intentos de restauración del Imperio, al menos en su denominación. Destaca el intento de recuperar occidente de Justiniano I, por medio de sus generales Narsés y Belisario, el de Carlomagno con el Imperio Carolingio o el del Sacro Imperio Romano Germánico, sucesor de este último, pero ninguno llegó jamás a reunificar todos los territorios del Mediterráneo como una vez lograra la Roma de tiempos clásicos. Con el colapso del Imperio romano de Occidente finaliza oficialmente la Edad Antigua dando inicio la Edad Media.