Apuntes biográficos/históricosEl personaje de Saulo debió de desempeñar un papel central en las disputas político-religiosas de mediados del siglo IX en la Córdoba sometida al poder musulmán. Se sabe que Saulo ocupó la sede episcopal de esa ciudad entre el año 850 y el 861 como sucesor de Recafredo. El clero cordobés había elegido a Saulo para desempeñar el cargo episcopal pero el emir se mostraba reacio a aceptar tal nombramiento, a lo que reaccionó Saulo prometiendo recompensas a los eunucos de palacio para que consiguieran la aprobación regia. Y fue así como llegó a cumplir Saulo su ascenso al trono episcopal, mediante una maniobra poco acorde a la honradez cristiana. Saulo fue uno de los más tenaces defensores de los controvertidos martirios voluntarios surgidos entre la mozarabía cordobesa. Esta militancia parece que llegó al punto incluso de costarle la encarcelación junto con Eulogio y otros clérigos en el año 851. Pero mantuvo su actitud en el concilio que se celebró en el año 852 para tratar el problema de los mártires y consiguió un decreto algo confuso en sus términos y sumido en la ambigüedad que no resultaba demasiado desfavorable a su causa.