Hijo de un predicador del estado de Virgina (Estados Unidos de América), John Tanner fue capturado a los nueve ó diez años de edad por indios Ojibwa, junto a los que creció aprendiendo su cultura. Sus recuerdos del proceso de adaptación que sufrió, fueron recogidos por Edwin James, explorador, botánico y médico del ejército americano, y publicados bajo el título <i>A narrative of the captivity and adventures of John Tanner</i> en 1830. Gracias a su conocimiento de ambas lenguas (la índigena y la inglesa), trabajó como intérprete. Hacia 1830 sufrió otro choque cultural, esta vez con la comunidad americana, pues su estilo de vida difería con la cultura y prácticas cristianas (era considerado un hombre de caracter agresivo). El hijo del agente indio para el que trabajaba de intérprete, apareció muerte y Tanner fue culpado. Sin embargo, después de aquel suceso Tanner desapareció, nunca más fue visto con vida.