La guerra civil española, novelada como tragedia

Mikel Azurmendi presentó el 30 de noviembre de 2016 su libro En el Requeté de Olite, publicado por Editorial Almuzara. La presentación tuvo lugar en Madrid, en el Auditorio MAPFRE. Participaron también Luis Hernando de Larramendi, presidente de la Fundación Ignacio Larramendi, Manuel Pimentel, editor de Editorial Almuzara, y Fernando de Haro, escritor y periodista

Foto de la mesa de participantes

Azurmendi explicó el proceso emocional que le llevó a escribir esta novela, un proceso que tuvo mucho que ver con la incomprensión que le deparó su militancia sin matices en la lucha de clases (integrado en ETA en los años 60) en contraste con la actitud antibelicista de su padre durante la guerra civil y con el encuentro en el libro "Requetés. De las trincheras al olvido", publicado por esta Fundación, de testimonios de carlistas que combatieron y que reflexionaban de una forma que entroncaba bien con el Azurmendi actual (el que ha sido portavoz del Foro de Ermua y fundador de ¡Basta Ya!) ya no sobre la guerra civil, sino sobre la tragedia en la que todos los españoles lamentablemente se vieron inmersos.

fotografía de Mikel Azurmendi

Quienes le acompañaron coincidieron en que la novela quiere superar el maniqueísmo habitual a la hora de tratar la guerra civil. Azurmendi hace un esfuerzo ímprobo para hacer ver lo que ocurrió sin paños calientes para unos u otros, para hacernos ver y sentir como van descubriendo la guerra y su verdadero rostro, injusto y cruel. Para conseguirlo ha buscado documentación de primera mano en los archivos oficiales y de periódicos de la época, ha tenido la oportunidad de hablar todavía con el último requeté superviviente que participó en la guerra y ha recorrido personalmente el camino que siguieron durante los dos primeros meses de la tragedia los requetés que protagonizan la novela, entre ellos dos, uno joven y otro ya maduro, que le sirven para reflexionar sobre las circunstancias que van viviendo. El personaje del requeté joven está basado curiosamente en la peripecia vital de quien instituyera esta Fundación, Ignacio Larramendi, que siendo entonces un muchacho se fue al frente en busca de un hermano más joven que él que ya se había alistado.

Fotografía de Luis Hernando de Larramendi

foto de Manuel Pimentel y Fernando de Haro