Sector Ejecutivo: Ignacio Larramendi, un legado basado en la ética, el bien común y la familia
La revista Sector Ejecutivo, en su número de octubre de 2021, ha publicado un artículo escrito por Luis Hernando de Larramendi, presidente de esta Fundación e hijo de quien la fundara, Ignacio Hernando de Larramendi, en el que resume con precisión las directrices y los principios éticos que sustentaron la vida profesional de su padre y la importancia que tuvo la familia, de manera muy especial su mujer, Lourdes Martínez Gutiérrez, a la hora de llevar a cabo sus iniciativas, tanto en el campo empresarial como en el fundacional, muy centrado este último en las áreas cultural e histórica.
De todo ello, se deduce que queda un legado intangible, pero muy real, del que se puede beneficiar fundamentalmente la empresa de su vida, MAPFRE, como su familia.
El artículo lo completa Sector Ejecutivo con una breve semblanza y unos breves textos de cada uno de los nueve hijos de Ignacio Hernando de Larramendi y Lourdes Martínez: Carmen, Luis, Coro, Ignacio, Lourdes, Carlos, Margarita, Miguel y Ramón.
Entresacamos algunos párrafos del texto. También se puede acceder al artículo completo.
Ignacio Larramendi es reconocido por la increíble hazaña que supuso transformar una pequeña mutua de seguros en quiebra en la primera compañía española del sector asegurador y en una gran multinacional. Fue y ha sido el milagro Mapire.
No hay casos equiparables, no sólo por las dimensiones de la entidad antes y después, sino tampoco por el plazo en el que la transformación se produjo, y, sobre todo, porque esta se hizo, desde el principio, asentada en unos valores de servicio público, de orientación al bien común, de supeditación al interés general, en lo que no puede ser visto sino como una auténtica “responsabilidad social corporativa” antes de que el concepto existiese como tal.
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Ahora que se celebra el centenario de su nacimiento, resulta lógico que éste se centre en la parte de las realizaciones materiales, de las cosas hechas, de los logros alcanzados, de las obras puestas en marcha que continúan; y todo ello es importante, ciertamente, pero no lo es todo…
Por eso en estas modestas líneas hay que dejar constancia de que lo más importante para Ignacio Larramendi fue su mujer y su familia, a quienes en ocasiones sacrificó -más de lo que luego le gustaría reconocer- por la consecución de esos otros objetivos.
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En su libro autobiográfico “Así se hizo Mapire. Mi tiempo” publicado un año antes de su muerte, habla de su mujer, Lourdes Martínez, y dice que fue “quien más ha influido en mi vida, no sólo en aspectos personales sino en actividades en Mapfre, que sin ella no hubiesen sido posibles”.
Y junto a ella, que siempre figura de manera destacada y principal, menciona a sus nueve hijos, de los que hablaba siempre con orgullo, jactándose de que ninguno hubiese labrado su vida profesional a la sombra de Mapfre.
Es a ellos a quienes, en alguna medida, por haber estado distante no pocas veces por su dedicación profesional, quieren estas líneas honrar, como legado más personal, más auténtico, y más espiritual de su trayectoria humana.
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